domingo, 1 de marzo de 2009

Una pequeña reflexión


Cuentan que un famoso cirujano llevó su coche a reparar a un taller mecánico y al terminar su trabajo el operario que lo había efectuado, se acercó al galeno y le propuso: " Vd ha traido el auto que no funcionaba, yo lo examiné, abrí el motor, detecté el fallo y lo arreglé cambiando las piezas y haciendo los arreglos oportunos.... en fin lo que fué menester y el resultado es patente en su vehículo: ha quedado perfecto, funciona a las mil maravillas y , si me apura, suena mejor que antes. Pero ,sin embargo Vd ,por hacer una labor similar y no siempre con un un final tan espectacular , cobra mucho más que yo, qué injusta es la vida." A lo que el cirujano respondió :
"Pruebe a repararlo con el motor en marcha".

Este pequeño relato, viene a cuento de dos cosas :por un lado una respuesta inteligente a un pensamiento estúpido y por otro el que no olvidemos que nuestro trabajo es con personas , que tienen "el motor en marcha" y a las que por tanto no le sirven los argumentos de que lo paren y ensayen con otro motor, así que nuestras recomendaciones y apoyos no deben olvidar esto, lo que sucede con más frecuencia de la que desearíamos en multitud de problemas que nos plantean nuestros pacientes a diario : desde una simple lumbalgia ( a veces en un ama de casa sobrecargada de trabajo a la que recomendamos reposo absoluto) hasta una Depresión en la que enseguida damos consejos estandarizados olvidándonos del contexto del paciente en cuestión.