He pasado la tarde de domingo acompañando a mi hermana que está a punto de dar a luz a su segundo hijo. A media tarde, nos dice una enfermera que va a avisar a la matrona y tras una hora y media de espera para que viniera a evaluar la progresión de la dinámica de parto, me acerqué al control de enfermería para ver qué pasaba ya que mi hermana estaba teniendo contracciones cada dos minutos y me parecía que hacía falta que la valorase. Me comentaron , amablemente, que había habido una incidencia en el paritorio y por eso se había retrasado en ir a verla. Pero que nos iban a pasar al paritorio para un toco de control y allí la exploraría.Hasta ahí , todo normal.
La sorpresa ,desagradable, surge cuando la mencionada matrona, en el box de dilatación y antes de nada, le dice a mi hermana,en un tono agrio, que si cree que por estar yo allí la va explorar mejor,que no sabe porqué me ha tenido que llamar para estar con ella , que ella cumple su cometido independientemente de si una tiene un familiar médico ó no, que quien debería estar allí era su marido (que estaba preparándose para entrar, por cierto)...., a lo que , una vez repuesto de la desagradable sensación que me produjo, le dije que nadie había dudado de su competencia profesional estuviera yo allí ó no, pero que estaba creando un problema donde nadie lo había planteado. Tras unos momentos algo tensos, procedió a ponerle el toco , que era para lo que estábamos allí. Cuando se dirigía a mi hermana le hablaba en una jerga que ,por supuesto, mi hermana no entendía y que yo debía "traducirle".......
Posteriormente toda su tosquedad y malas maneras se tornaron ,como por arte de magia,en una amabilidad casi empalagosa, venía cada dos minutos a ver cómo iba, que si iba a avisar al ginecólogo para que la valorase , que si necesitaba algo la llamáramos sin falta, sonrisa va , sonrisa viene.
Posteriormente toda su tosquedad y malas maneras se tornaron ,como por arte de magia,en una amabilidad casi empalagosa, venía cada dos minutos a ver cómo iba, que si iba a avisar al ginecólogo para que la valorase , que si necesitaba algo la llamáramos sin falta, sonrisa va , sonrisa viene.
Tras ser vista por el ginecólogo y dado que el trabajo de parto se había detenido, mi hermana volvía a su habitación, hasta que comenzara de nuevo, pero antes de salir de allí, la matrona le pidió disculpas a mi hermana porque había habido un malentendido y ella había creído que yo me había valido de mi condición de médico para ir al paritorio antes de tiempo. Como si yo , que trabajo en un pueblo pudiese decidir tal cosa. En fin que cuando "estás al otro lado", y más en el hospital, te das cuenta cuánto se necesita un curso de comunicación con los pacientes para muchos de los que trabajan allí. Curiosamente, el que se dirigió amablemente tanto a mi hermana como a mi cuñado y a mí, explicándo las cosas de forma sencilla ,con asertividad y empatía, fué el ginecólogo, lo que me alegra enormemente.
A la matrona de marras, además de explicarle lo de las respuestas evaluativas, antes de suponer ninguna cosa, me hubiera gustado decirle aquello de que "nunca tendrás una segunda oportunidad de causar una buena primera impresión" y que "si estás ofuscado por cualquier cosa y no te reequilibras emocionalmente, harás el mejor discurso del que siempre te arrepentirás".