sábado, 3 de octubre de 2009

Duelo por un Residente Entrañable


Esta mañana , muy temprano, a través del teléfono me llegó el mazazo: "Arturo, tu R1 , ha muerto".

Pero ¿cómo?, ¡es imposible! ¡pero si estaba lleno de vida hace dos días cuando nos despedimos de su rotación por el centro de salud!.............
He tenido que tragarme las lágrimas para escribir este pequeño texto en su homenaje.

Anoche , en un desgraciado accidente , Arturo, mi querido R1 mejicano, murió en el hotel en que se alojaba en Siguenza, durante las Jornadas de Residentes a las que había acudido con su inseparable Paco y otros residentes amigos.

Estos tres meses que hemos estado juntos en la consulta hemos pasado momentos inolvidables, entrañables, llenos de intensidad y de emociones. Arturo tenía una habilidad innata para conectar con las personas. Siempre sonriente pero a la vez respetuoso y prudente cuando había situaciones digamos delicadas. En este tiempo corto, demasiado corto diría yo ahora, ha conseguido que todos en el centro riéramos con sus ocurrencias y su deje mejicano que imprimía aún más gracia a sus chanzas y chistes. Pero también tenía palabras de ternura y gestos de afecto con los pacientes que acudían a la consulta por cualquier tema. También le observaba cuando acariciaba y hacía sonreir a los bebés que acudían por cualquier problema. Se le daban bién las personas.


También hemos pasado buenos ratos fuera del consultorio: le encantaba comer , y nos reíamos cuando llevado de su apetito no esperaba a que se enfriara la comida que había calentado en el microondas y se medio quemaba la lengua durante unos segundos hasta que echaba un trago de agua para amortiguar el calor.........Junto a su inseparable Paco y mi R4 Juan Carlos, un día jugamos un partido de paddel en la urbanización donde vivía: España contra Méjico. El resultado ya no importa, sólo que pasamos una tarde inolvidable, llena de risas y anécdotas, que nunca olvidaremos. Habíamos quedado en repetirla uno de estos días, pero ya no podrá ser........


¡Cuantas emociones compartidas, querido Arturo! . Estabas tan ilusionado por tu próximo viaje a Méjico para ver a tu familia y entregarle el anillo de pedida a tu novia, que nos contagiaste a todos tu alegría. ¡Cuantos proyectos rotos, querido Arturo!......


Hoy todos en el centro de salud lloramos tu muerte absurda , porque habíamos aprendido a quererte y nos duele el alma, compañero.


Hasta siempre Arturo, el residente al que se le daban bién las personas y que nos regalaba cada día una sonrisa .