lunes, 11 de enero de 2010

El Entorno y la Salud (II) La Paradoja de Easterlin




Los últimos informes anuales elaborados por el Worldwatch Institute de Washington suelen resumirse en una frase : "Estado del mundo: más rico, más obeso y no más feliz". Es el reflejo de una insatisfacción conocida como la Paradoja de Easterlin, el economista que en 1974 describió cómo, aunque quienes tienen mayores ingresos tienden a sentirse más felices que quienes tienen ingresos menores, la felicidad media de una sociedad no se modifica aunque aumente el PIB del país. La Paradoja de Easterlin es un concepto clave en la economía de la felicidad. Se trata de un postulado del economista Richard Easterlin, publicado en un artículo de 1974 con el título "Does Economic Growth Improve the Human Lot? Some Empirical Evidence". En este artículo se muestra que, tal y como predice la teoría económica mayoritariamente aceptada, dentro de un país dado, la gente con mayores ingresos tiene una mayor tendencia a afirmar que es más feliz. Sin embargo, cuando se comparan los resultados de varios países, el nivel medio de felicidad que los sujetos dicen poseer no varía prácticamente, al menos en los países en los que las necesidades básicas están cubiertas en la mayor parte de la población.

Sin embargo en 2008, los economistas Justin Wolfers y Betsey Stevenson, ambos de la Universidad de Pennsylvania, publicaron un artículo en el que volvieron a examinar la Paradoja de Easterlin usando nuevas series de datos. Concluyeron, que -al contrario de lo que Easterlin argumenta- los aumentos en los ingresos reales están estrechamente unidos al incremento de la felicidad. ¿En qué quedamos? . Yo veo que muchas personas que viven el umbral de la pobreza, en India, Tailandia, incluso en nuestro entorno cercano que viven humildemente, con un nivel de valores y espiritualidad elevados son capaces de sentirse más felices que muchos de los supuestamente "triunfadores " de nuestras sociedades que creemos más avanzadas. Por supuesto , hay que cubrir las necesidades básicas.




Un estudio llevado a cabo en Rusia por VR Kuchma y sus colaboradores valoró el desarrollo físico y la salud de niños de entre 6 y 10 años. Concluyó que, a igual distancia de fuentes contaminantes, igual nivel social y atención a la salud, los niños que viven más cerca del bosque o más cerca de áreas de juego con árboles y vegetación tienen mejor desarrollo físico, menos enfermedades crónicas y mejor estado de salud. Otro estudio, este realizado en la ciudad de Nueva York por el Instituto para la Investigación Socioeconómica y Política y publicado recientemente, analizó la frecuencia de asma entre niños de 4 y 5 años. Observaron que a mayor presencia de árboles, menor frecuencia de episodios de asma.

El hecho de que todas estas investigaciones coincidan en los beneficios de la proximidad de la naturaleza por la capacidad de desconexión, la facilidad para hacer más ejercicio o las mejores condiciones del aire que se respira, invita a que urbanistas, gestores municipales y políticos no pierdan de vista la proximidad de la naturaleza en la planificación urbana de las grandes ciudades


Imagen tomada de el barón rojo