-Cada vez somos más conscientes de la importancia de la participación del paciente en la toma de decisiones. Hay publicados estudios que prueban que hasta un 70% de los pacientes no toma parte en las decisiones que se toman sobre sus tratamientos. Y luego hablamos de que el incumplimiento terapéutico puede llegar hasta el 50 % ó más de los pacientes en enfermedades crónicas....Ya decía Paul Watzlawick en su Teoría de la Comunicación humana :
“Resulta gratuito suponer no sólo que el otro cuenta con la misma información que uno mismo, sino también que el otro debe sacar de dicha información idénticas conclusiones”.
Los enfermos que tienen capacidad, información adecuada tanto de su diagnóstico, pronóstico y de las alternativas posibles de tratamiento, tienen el derecho de aceptar o rechazar cualquier tratamiento
médico recomendado, que incluye rechazar el tratamiento necesario para sostener la vida de forma artificial. Y esto lo dice tanto la ley General de Sanidad (artículo 10.8) como La Ley de Autonomía 41 /2002 cuyo artículo 2.6 indica que "Todo profesional que interviene en la actividad asistencial está obligado no sólo a la
correcta prestación de sus técnicas, sino al cumplimiento de los deberes de información y de documentación clínica, y al respeto de las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el paciente"El Colegio Médico Americano incluso habla de : "La presentación de la información al paciente debe ser
comprensible y no sesgada; la colaboración del paciente debe ser conseguida sin coacción; el médico no debe sacar partido de su potencial dominancia psicológica sobre el paciente”
¿Y alguien cree que todo ésto puede hacerse en consultas con agendas de cinco minutos por paciente? Si , como creo , habeis pensado todos los que leeis esto, la respuesta es negativa, la conclusión es obvia: Esta ley no se está cumpliendo en ningún sitio, y por lo tanto las mismas autoridades encargadas de su cumplimiento se están encargando de que las condiciones en las que trabajamos hagan imposible su cumplimiento. Una muestra más de lo esquizoide de sus planteamientos y de su incompetencia moral. Creo que todos deberíamos enviar a nuestras gerencias , la próxima semana un escrito en el que hicieramos constar que no podemos cumplir la Ley de Autonomía del Paciente, 41/2002, aprobada hace ya 9 años , porque la presión asistencial nos lo impide, a ver qué pasa.
Y lo mismo pasa con los llamados "Consentimientos Informados", hechos exclusivamente para evitar las demandas judiciales ó ,si las hay, para cubrirse las espaldas
En la llamada Declaración de BArcelona se dice que "hay que reivindicar la información como un hecho normal en la sociedad actual." y que "Una información sanitaria de calidad tiene que cumplir estos criterios
básicos:
1) Veracidad.
2) Basada en la evidencia científica.
3) Transparencia en la fuente de información (identificación explícita
de quién la produce y de cómo se produce).
4) Claridad.
5) Acceso rápido, fácil y universal.
6) Adecuación a la capacidad de comprensión del paciente y a la
evolución de la enfermedad "
Tenemos que ir poniéndonos las pilas y empezar a "empoderar a los pacientes" para lo que tendríamos que concienciarles, con la ayuda de Colegios Profesionales, Sociedades científicas y Asociaciones de Pacientes que exijan desde sus tribunas , el cumplimiento de las leyes que salvaguardan sus derechos . Y ésto , en la actual Atención Primaria es sencillamente una entelequia, porque como dijo Tudor Hart y se reproduce en la cabecera de este blog: Consultas de cinco minutos son más propias de la atención veterinaria , suponen tratar a las personas como si fueran ganado". Y estas leyes y la natural orientación de la A. primaria hacia la medicina colaborativa con el paciente no se han hecho para el ganado sino para las personas: