-Estaba Groucho Marx en una reunión de la alta sociedad, cuando vió que había una señora especialmente bien vestida. Se acercó a ella y le preguntó:
— Señora, ¿se acostaría usted conmigo por mil millones de dólares?
— Por supuesto —contestó la señora, toda seria.
— ¿Y por cinco dólares? —volvió a preguntar Groucho.
— ¿Pero quién se ha creído que soy? —respondió la señora.
— Eso ya me ha quedado suficientemente claro en la primera pregunta; ahora estamos discutiendo precios.
Esta historia tiene que ver con otro aserto que dice que "nunca tendrás una segunda oportunidad de causar una buena impresión". Hemos de ser cuidadosos con lo que decimos ó respondemos ante cualquier paciente que a priori parece que consulta por algo banal.Los pacientes escrutan nuestros gestos y analizan nuestras respuestas , por lo que debemos tener en cuenta no contestar lo primero que se nos venga a la cabeza. Quitar un prejuicio , decía Einstein que costaba más que la fisión de un átomo.