Estamos enganchados a la rutina, a pensar de forma "políticamente correcta", a no apartarnos del pensamiento oficial, a no discrepar de las opiniones de los gurús de turno ó de los expertos en cualquier cuestión. Así nos luce el pelo en muchas cuestiones y nos estancamos cometiendo una y otra vez los mismos errores.
El Sistema Sanitario no se escapa de estas "modas": protocolos, algoritmos , guías, consensos....inundan decenas de revistas y llenan ponencias en Congresos y Jornadas. Sin embargo, la sensación es que todo eso aporta mucho a muchas personas pero muy poco a otras que son huérfanas de investigación y de innovaciones en este sentido. Nos llenamos la boca proclamando la prescripción de fármacos que necesitan tratar a más de 200 personas para proporcionar un discreto beneficio a uno sólo (y a veces incluso están mal hechos los cálculos). Cada día vemos muchas personas que sufren el proceso de adaptarse a la pérdida de un ser querido que son tratadas con antidepresivos sin que nadie les preste un rato de escucha activa y les evite el ser medicalizados con el antidepresivo de moda que recomiendan cientos de psiquiatras que han viajado a Michigan subvencionados por una industria que ha de promocionar un determinado fármaco sin haberlo contrastado con psicoterapia breve ó de apoyo. Estamos perdiendo el norte en una alocada huida hacia adelante donde se medicaliza hasta la calvicie ó a los niños inquietos que no se comportan como quieren los padres.
Ayer tuve el placer de escuchar a dos personas que acudieron a mi consulta demandando un antidepresivo porque les habian dicho que lo necesitaban. Una de estas personas está en plena reacción de duelo por la muerte de su esposo hace 4 meses. La veo cada mes y podemos constatar sus progresos en una reacción normal de adaptación a la pérdida de una persona fundamental en su vida. Casi que lo único que hago es escuchar sus dificultades de cada día , su sensación de soledad y sus sentimientos de tristeza y a veces de desesperanza, para darle ánimos diciéndole que todo lo que le pasa es NORMAL y que hoy, cuatro meses más tarde está mejor que la primera semana aunque a veces parezca que no deja de llorar.
El otro paciente se debate entre lo que le dicta su conciencia y lo que su entorno le presiona para que haga lo contrario, y cree que una pastillita puede ayudarle. También intento hacerle ver que su "lucha interior" es legítima y que valore las diferentes opciones. Que haga una cosa u otra podrá tener una u otra consecuencia pero que otra pastilla en su lista de fármacos , que ya es bién nutrida porque es un cardiópata, no le ayudará para nada a tomar ninguna decisión.
Me alegra , me hace sentir bién , intentar no medicalizar la vida cotidiana. ¿Y tú , te atreves? Inténtalo al menos.Tienes que pagar con tiempo, pero te vas tranquilo a casa.