- Hace ya demasiados años que muchos de nosotros estamos en contra de los incentivos tal como están establecidos en nuestro Sistema Sanitario. Se han incentivado cosas tan peregrinas como incluir a una paciente en el protocolo de atención al embarazo de bajo riesgo cuando otros equipos llevaban atendiendo embarazos de bajo riesgo en todos sus apsectos desde hacía años y a éstos se les exigía aumentar la cobertura sin reconocérseles el esfuerzo y la diferencia con los "cara duras" que argumentaban no saber atender a estas pacientes y lo que es peor no querer formarse para hacerlo bién. Todavía hoy ocurren estas cosas y se siguen incentivando cosas tan peregrinas como el número de Sysadoas que se prescriben , cuando éstos deberían haberse dejado de financiar hace meses a la luz de las evidencias disponibles. Pero esto parecen ser cuentos chinos para nuestros gerentes y directivos. Se siguen INCENTIVANDO determinadas actitudes y prescripciones sin darse cuenta que algunos llamados "profesionales" están más pendientes de lo que se incentiva que de lo que realmente es importante realizar en la consulta.
Un reciente artículo del British Family Practice se ha encargado de confirmarlo. La referencia para los que quieran hojearlo es:
Chew-Graham CA, Hunter C, Langer S, Stenhoff A, Drinkwater J, Guthrie EA, Salmon P. How QOF is shaping primary care review consultations: a longitudinal qualitative study. BMC Fam Pract. 2013;14:103
Hace ya muchos años que Elyyahu Goldratt enunció su famosa teoría de "Dime como me valúas y te diré cómo me comporto" en la que ponía de relieve que la tendencia humana más sencilla es desvincularse de aquello por lo que no va a recibir compensación económica . El pago por desempeño corre el riesgo de que cuando deja de hacerse , parece que empeoran los indicadores . Pero lo que está claro es que si queremos que vayan cambiando algunas cosas en este Sistema nuestro (que no es diferente al Británico en ésto) está claro que HAY QUE HACER UN EJERCICIO DE IMAGINACIÓN y de control para que los profesionales que no aportan Valores a la organización puedan ser detectados y controlados, y reconducir esos incentivos a aquellos comportamientos que sí se centran en lo que el paciente necesita y que le resuelve los problemas .
Lo que sí parece claro es que muchos profesionales no trabajan pendientes de los incentivos y sí aportando valores y calidad a su quehacer diario, lo que para los que deciden esto de los incentivos, es un problema porque les descubren las verguenzas y su incompetencia cada vez que cometen una estupidez más con incentivos de ésta estirpe. Con lo fácil que es pagar por un trabajo , evaluarlo de forma adecuada e incentivar lo que de verdad añade calidad al ejercicio profesional y a la atención al paciente. Basta ya de fijarse en si está o no en la Guía farmacoterapéutica ó en chorradas similares.