- Hace 3 días moría la persona con la que he compartido más de 40 años de mi vida. Tras meses de sufrimiento y deterioro físico la muerte inconmovible ha llegado. Pero esa misma muerte que me la ha arrebatado, ha hecho que me encuentre sereno y a la vez con menos dolor porque ha cesado su agonía.
Mi esposa fué profesora de Inglés en Bachillerato y ESO durante más de 25 años. Muchos de sus alumnos y de sus compañeros han estado con nosotros a lo largo de estos meses, como prueba de su afecto y gratitud por la forma de ser que tuvo siempre.
Al final de la misa por su alma, mi hijo, que sigue sus pasos en la docencia , le dedicó estas palabras con una entereza de la que me siento orgulloso como seguro que lo hizo su madre desde donde esté:
Juramento Hipocrático del Docente por Amor: "Seré profesora hasta el último de mis días".
Porque mi madre nunca dejó de enseñarnos. Y nos ha mostrado a todos que por muy pesada que sea la cruz que llevamos, debemos sonreir siempre. Y nunca , siquiera hoy, perdió la sonrisa.
Durante todo este tiempo, nos has enseñado a renacer de nuestras propias cenizas. Mi madre ha sido como el Ave Fénix: siempre se levantaba aún más fuerte tras cada caída. Y así debemos recordarla. No diré que no estemos tristes, pero sonriamos por ella. Todos los que la habeis conocido la habreis de recordar así: sonriendo.
Porque esa es la lección última que nos dió y que debemos aprender y llevar a cabo. No importa la desazón ó los problemas, se lo debemos a ella:
"Sed felices . Siempre queda un motivo para sonreir".
Hasta siempre amor . Me has dejado dos soles por los que seguir luchando y que así tu recuerdo fluya espontáneamente en cualquier sitio.