Hace un año aproximadamente se publicó este artículo , que trataba de demostrar cómo los estudiantes de medicina tenían una peligrosa tendencia a tratar de forma inadecuada a los ancianos por el mero hecho de serlo.
Las actitudes de las personas juegan un papel importante en sus vidas pero si éstas son médicos, la repercusión es extraordinaria. Estamos hablando de médicos futuros (¿y presentes?) que entran en la facultad con los mejores expedientes de bachillerato y a los que se educa en las Facultades para ser grandes especialistas de lo limitado (cuanto más limitado más especialistas aún y más apetecido por los futuros médicos). Esto lo denuncia ,una vez más mi admirado V. Baos en su blog , cuando muestra que de los primeros 4000 MIR en elegir especialidad este año , sólo 103 han elegido Medicina de Familia. A este ritmo , alentado por políticos necios, directivos indolentes y médicos quemados y desmotivados, podremos llegar a ver cada vez más barbaridades en este sentido , de forma que los Todólogos sigamos siendo vistos por los compañeros hospitalarios como escribientes de sus decisiones y con escasa capacidad de maniobra por las decisiones disparatadas de una clase política a la que sólo le preocupa renovar el escaño en las próximas elecciones ó alcanzar el poder aún a costa de renunciar a cualquier principio ético ó moral ó razonable.
Mientras no se dé a conocer la especialidad de Medicina de Familia en las Facultades, todo lo que no sea raro, improbable ó superespecializado no ejercerá atracción a los estudiantes, más preocupados de alcanzar el ejercicio de una especialidad que les lleve a conocer casi todo de muy poco, de tal forma que siempre que ven a un paciente en el hospital que presenta algún síntoma que no sea de lo que conocen , lo que es altamente probable dada la naturaleza multifactorial de las enfermedades y la polipatología de los cada vez más numerosos pacientes ancianos, tienen que hacer partes de interconsulta porque no tienen idea de lo que significa un extrasístole supraventricular (si es un Traumatólogo el que ve al paciente) ó un estreñimiento pertinaz si es un Neurólogo y así sucesivamente hasta el infinito y más allá.
¿Pondrá alguien sentido común algún día en esta parafernalia interminable?.
Mi universidad, como todas, tiene cosas muy malas... Pero de las cosas buenas, me quedo con una: incluír la Medicina de Familia en el programa docente. Que se mira por encima, que tiene pocos créditos y que podría ser mejor... pero me alegra de poder hechar un vistazo en esta especialidad tan compleja.
ResponderEliminarY espero, de verdad, que la cosa cambie en el futuro y la sociedad la valore como lo que es.
Besos!!
Gracias Anna. No se puede amar lo que no se conoce. Por eso es importante dar a conocer por profesores competentes , el valor y la belleza de la Medicina de Familia. Yo también deseo que el futuro sea diferente en este y otros aspectos. Un besote.
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