Hay un cuento hindú que lo ilustra muy bién:
Un hombre hablaba con un sabio diciéndole:
“Necesito desesperadamente que alguien me ayude... o voy a volverme loco. Vivo en una pequeña habitación con mi mujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los otros. Aquello es un verdadero infierno..” "Me prometes que harás lo que yo te ordene?”, le dijo el sabio con toda seriedad.“¡Te juro que lo haré!”.“Bien. ¿Cuántos animales tienes?”.“Una vaca, una cabra, seis gallinas... y algunos más”.“Mételos a todos en una habitación de tu casa y vuelve dentro de una semana”.El discípulo quedó horrorizado, pero ¡había prometido obedecer! De modo que lo hizo y regreso al cabo de una semana quejándose desconsoladamente:“¡Vengo hecho un manojo de nervios! ¡qué suciedad, qué peste, qué ruido! ¡Estamos todos a punto de volvernos locos!”
“Mete ahora el perro y el caballo y vuelve dentro de una semana”
A la semana siguiente entró desesperado diciendo:“¡Ya no puedo más, es insoportable!”
“Vuelve ahora a tu casa, y saca a todos los animales”, dijo el maestro.El hombre se marchó a su casa corriendo y regresó al día siguiente radiante de alegría:“¡Que felicidad! Han salido todos los animales y aquello es ahora el paraíso. ¡Que tranquilidad, que limpieza, que amplitud...!
Siempre relativa y al alcance de la mano. La felicidad se encuentra al final de los dedos,...tan cerca!
ResponderEliminarGracias por tus sonrisas, Antonio.
Gracias a tí, Violeta, por las que tú me proporcionas con tu sensibilidad y tu forma de mirar lo que sucede a tu alrededor.Besos
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