- Motivar, proviene de un vocablo que significa "poner en movimiento". Es esa fuerza interior que te mueve a poner marcha energías internas, con perspectiva de ganancia sin importarte el esfuerzo que cuesta. Cuanto más intensa sea la motivación, más probabilidades de éxito. La perspectiva que tengamos sobre lo que tenemos que hacer también ayuda, y en ese sentido es clásico el ejemplo del mismo hecho con diferentes sentimientos:
Tres hombres están trabajando en la construcción de un edificio. Alguien que es un observador externo se dirige a ellos y les pregunta '¿qué están ustedes haciendo?'
El primero, casi sin inmutarse, le responde: 'Aquí estoy poniendo ladrillos'
El segundo, levantando la cabeza y dejando a un lado por un momento su actividad, le comenta: 'Estamos construyendo un muro'
El tercero, orgulloso de su trabajo afirma: 'Construimos la iglesia de mi pueblo'.
Naturalmente , la motivación es algo intrínseco, mientras los incentivos son algo exterior, algo externo a nosotros que provoca un determinado comportamiento que se extingue al cesar el incentivo, mientras que la motivación permanece hasta alcanzar la meta, que es mucho más que lo concreto, que implica poner en juego valores y por lo tanto permanece más allá en el tiempo, deja huella permanente.
En nuestro Sistema Sanitario , muchos gerentes todavía creen más en los incentivos que en las motivaciones........por eso fracasan una y otra vez. Porque no sólo de pan vive el hombre . Ya lo dijo P. Rubio:
"Se cazan más moscas con una gota de miel que con un
barril de vinagre"
Aquí un buén ejemplo de lo que es motivar:
Completamente de acuerdo. Cristalino. ¿No lo verán?
ResponderEliminarRaúl Soriano (MF en Lanzarote)
Pues parece que no lo ven ó no quieren verlo que es peor. Saludos
ResponderEliminarPara los sorprendidos o malpensados teleadictos: P. Rubio es el Padre San José María Rubio, que usaba esa frase de San Francisco de Sales.
ResponderEliminarGenial entrada, como siempre.