Hace un par de días hablaba con una enfermera que ha visto cómo le habían quitado 900 euros de su nómina mensual por haber estado cuidando de su marido, terminal, los últimos 15 días de su vida . ¿Dramático , verdad?
Por no ser capaces de detectar el fraude de unos cuantos, pues ¡hala! a pagar justos por pecadores. Y ellos discutiendo en el Parlamento sobre el tal Bárcenas (otro hijo de perra con pintas). Y mientras , la mayor parte de los funcionarios teniendo que acudir a trabajar con 40 de fiebre y "cagándose patas abajo" en ésta última epidemia viral.
Esto que cuento a continuación venía en el periódico de hace pocos días:
Los profesores del I.E.S. Camas han puesto en marcha una
curiosa protesta. Han utilizado parte de la sala de profesores para
ubicar una cama y una mesita de noche para prestar atención médica a todos aquellos docentes que caigan enfermos.
¿El objetivo? Evitar la reducción en la nómina
que supone estar enfermos. «A los funcionarios nos han sometido a una
norma en virtud de la cual, cuando caemos con alguna enfermedad común,
en vez de darnos la cobertura de la que veníamos disfrutando, nos castigan quitándonos la mitad del sueldo los tres primeros días
y el 25 por ciento los 21 días restantes de la baja», explica Vicente
Martín, profesor del I.E.S. Camas. «Nos abocan a elegir entre quedarnos
en casa y tener dificultades para pagar la hipoteca o ir al instituto con una gripe y 40 de fiebre», puntualiza.
Han elaborado hasta un cuadrante, en el que se han incluido
todos los docentes, para turnarse en los cuidados del que se ponga
enfermo. «Iremos a recogerlo a su casa,
para evitar problemas por conducir enfermo, y lo cuidaremos en la sala
que hemos habilitado hasta la hora de volver a casa», añade. Esta protesta será indefinida, porque no sólo se quiere llamar la atención, sino dar un servicio de protección «del que se nos ha privado».
«Queremos que los ciudadanos comprendan que hemos llegado a algo gravísimo, que la Administración está tratando de delincuentes potenciales a sus propios funcionarios públicos»,
comenta Martín, que puntualiza que «picaresca hay en todos los
colectivos, pero no se puede solucionar castigando a todo el grupo».
Ya veremos si no se multiplican los avisos y tenemos que atender pacientes en los centros de trabajo como si fueran "domicilios" porque a este paso el centro de trabajo va a ser el domicilio habitual de muchos que tienen PROHIBIDO ponerse enfermos. Ya estamos cada vez más cerca de la Edad Media.