- Mamá, ¿podría levantar esa piedra?
- Claro, hijo, si pones toda tu fuerza en el intento, seguro que lo conseguirás.
El niño fue hacia la piedra, se agachó y agarró con ganas la gran piedra. Lo intentó y lo intentó bajo la atenta mirada de su madre. El pequeño se giró varias veces hacia su madre y finalmente, mirándola a los ojos le dijo:
El niño fue hacia la piedra, se agachó y agarró con ganas la gran piedra. Lo intentó y lo intentó bajo la atenta mirada de su madre. El pequeño se giró varias veces hacia su madre y finalmente, mirándola a los ojos le dijo:
- No puedo hacerlo, soy demasiado pequeño. ¿Me ayudas?
Su
madre se acercó con una sonrisa, se agachó a su lado y entre los dos
levantaron la piedra. Cuando volvieron al camino el niño se puso triste:
- No he podido hacerlo…
- En realidad, sí que has podido… A veces, intentarlo con todas tus fuerzas quiere decir ser capaz de pedir ayuda.
Cuánta razón tiene tu escrito, en ocasiones vamos de prepotentes sin darnos cuenta lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros...
ResponderEliminarUn abrazo
Magnífico!!!!
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Un abrazo
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