sábado, 6 de diciembre de 2008

El valor de la mirada



Estos días he estado en Cuenca impartiendo un curso de "Cómo dar malas noticias en medicina". Durante su desarrollo , volví a hacer énfasis en lo importante que es saber mirar a los pacientes.

La mirada es algo activo porque es más que ver. Ya lo decía Machado en sus Cantares (que dedicó a Ortega y Gasset) : "El ojo que ves, no es ojo porque tú lo veas/ es ojo porque te vé" .

Siempre citamos en dicho curso las dos frases que dos enfermos de cancer metastásico, en situación terminal ,indican qué les gustaría que aprendiesen los estudiantes de Medicina:
"Dígales que me dejen hablar primero a mí" ( lo que habla de la importancia de la escucha activa) , y " Dígales que llamen a la puerta antes de entrar, que saluden y se despidan y que cuando hablen conmigo ,me miren a los ojos". Como dice el Dr. Sanz Ortiz, estas dos cosas no se enseñan en las Facultades de Medicina, pero , añado yo , son tan importantes como aprender
a palpar el abdomen, ó más...
La mirada de los niños es siempre directa hacia quién les habla ó cuando les exploramos en la consulta. Cuando el niño nos mira nos está trasmitiendo sus sentimientos y está a la vez atento a nuestra mirada para captar cualquier dato que sirva para tranquilizarlo, y eso también se aprende haciéndolo. Fijaos en la mirada de la niña afgana de S. Mc Curry de 1984 mundialmente famosa publicada en N. Geographic y que se reproduce al inicio del post ¿Recordais la mirada de vuestros hijos la mañana del día de Reyes al descubrir la magia de ese momento? . ¿Acaso hay algo con más intensidad que esa mirada? . Y curiosamente todos los que vemos niños en nuestras consultas sabemos la importancia que tiene la pérdida de la vivacidad de sus ojos cuando están gravemente enfermos, y este signo es tanto más importante cuanto más pequeño es el niño, ya que se va perdiendo conforme va siendo más mayorcito .

En el diccionario de María Moliner , entre otras acepciones más comunes, se cita que "la mirada se considera como algo que sale de los ojos y llega al objeto" , es decir que interactúa con nuestro alrededor y por supuesto con las personas a las que nos dirigimos. Es algo activo. Por eso insistimos en la importancia de mirar a los ojos cuando nos relacionamos con otros y singularmente cuando lo hacemos con pacientes, que pueden estar más pendientes de lo que decimos con la mirada que de lo que decimos con nuestras palabras. A su vez , los enfermos pueden decirnos en muchas ocasiones, con su mirada , bastantes datos de su padecimiento. Recuerdo la fruición con que nos leíamos en los libros de semiología clínica la importancia de mirar los ojos de los pacientes para ver si tenían ictericia en los enfermos hepáticos, exoftalmos en los hipertiroideos, anillo corneal en los dislipémicos ó escleróticas azules en padecimientos óseos..... Con el tiempo hemos aprendido que la mirada , en sí misma, tenía más importancia que todo eso para la buena comunicación con todos nuestros pacientes. Y que bajar la mirada ,ó desviarla cuendo hablamos a alguién denota inseguridad en lo que hacemos ó decimos . No hay ninguna tecnología ,por sofisticada que sea, que sustituya a la mirada del médico hacia el paciente, y antes de utilizar siquiera cualquier proceso de razonamiento, el médico mira y observa, en busca de datos ó pistas que le ayuden a orientarse. Si el paciente percibe que ésto no lo hace adecuadamente , comenzará a estar incómodo.

Por lo tanto en la mirada del médico es tan importante aquello que mira cómo la manera en que lo hace. Cuando al final de toda la exploración y tras contrastar la opinion del paciente , emita su diagnóstico y pronóstico, el mirar a los ojos del paciente es tan extremadamente importante , que el no hacerlo hará desconfiar al enfermo de lo que digamos , por muy acertados que estemos en el proceso.

Finalizo con una dirección donde oireis el famoso Madrigal de G. de Cetina: "Ojos claros, serenos..... que pertenece no sólo por la época en que fué escrito sino por su belleza al Siglo de Oro de la poesía española y que resume como ninguno el poder de la mirada del ser humano:

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