Ya era conocido por los médicos que tenemos interés en el tema de la obesidad, que un paquete de patatas Pringle, uno de los más consumidos en el mundo, contenía casi 500 calorías. Siendo ésto ya una aberración desde el punto de vista nutricional , lo es mucho más cuando conocemos que el contenido de patata en el mencionado paquete alcanza sólo el 42%. Y ésto no lo digo yo, que soy un ferviente enemigo de estas bazofias alimenticias, sino ..........la propia compañía que las produce y pone a la venta, es decir la multinacional Procter & Gamble. Pero no penseis que la mencionada compañía lo ha hecho en un alarde de honestidad y de servicio a la salud comunitaria, sino que lo ha revelado para salir indemne de una batalla judicial con el fisco británico,que le reclamaba tributar al 17,5 % de IVA, por tratarse de un producto de patatas fritas como el resto de sus homólogos en el mercado.......Y ¡ha ganado la batalla!, al concluir el juez que las mencionadas Pringles contienen menos de un 50% de patata, tal y como argumenta la propia empresa fabricante , que ofrece un abanico de 45 sabores diferentes y sus ingredientes incluyen: harina de patata, harina de maíz, almidon de trigo, harina de arroz, grasas, emulsionantes y sal , entre otros( recordad, 500 calorias por paquete) . La sentencia ahorrará millones de euros a Procter & Gamble en impuestos. ¿ Cuanta gente seguirá comiendo este "simulacro", sucedáneo de un tubérculo tan ligado a nuestra alimentación? . Y lo que es peor, ¿cuanto fraude similar se pone a la venta cada día en los estantes de los supermercados? ¿Debería hacer algo la Administración sanitaria?
3 comentarios:
Hay aquí un debate interesante.
Por un lado se supone que vivimos en estados democráticos como ciudadanos libres (capaces de tomar decisiones y de hacernos responsables de nuestros errores) y por otro lado se exige que el estado se haga responsable de todo lo que nos pasa y en el ambito de la salud que prohiba todo lo que se supone que pueda hacernos daño.
El problema es que eso muy a menudo limita la libertad de las personas libres y crea efectos paradójicos.
En la alimentación el estado debería velar porque el etiquetado fuera claro y porque los alimentos no contuvieran sustancias que se han demostrado tóxicas. Pero los ciudadanos deberían comprender que vivir libremente y saludablemente supone una gestión razonable de los propios impulsos. Ya los antiguos griegos hablaban de la importancia de la ataraxia para conseguir un razonable bienestar, de la importancia de ser moderados en ciertas cosas.
Entre prohibir las patatas de las que hablas o no hacerlo hay un término medio. Existe la posibilidad de comer solo 4 o 5 patatas, lo que no parece un exceso de calorías ,algún día que apetezcan junto con una cervecita. No creo que eso sea demasiado malo y a mí no me gustaría que me lo quitaran.
Igualmente en un Mac Donal se puede tomar una magnífica y barata ensalada junto con media hamburguesa por ejemplo, un día en que se necesite o apetezca hacerlo.
Lo que ningún estado puede remediar es que un individuo no sepa hallar motivación para su vida y la desperdicie comiendo sin cesar mientras engorda cada día y ve programas rosas en televisión o es sujeto pasivo de la publicidad. Me temo que eso tiene mal remedio.
Es simplemente un mal planteamiento educativo de base, cosa que sí depende el estado y creo que se está haciendo mal. El conocimiento debe ser aplicado a vivir bien, a consolidar una ética de vida, un proyecto de vida para hombres libres y responsables. Algo siempre con riesgo. Que no puede limitarse sin lesionar la libertad o que algunos lo utilicen para crear nuevas formas de totalitarismo.
Por otro lado comportarse como un estúpido muy a menudo tiene grandes riesgos para la salud. Y me temo que no hay pastillas para eso. Es una decisión individual.
De acuerdo con rgc.
De vez en cuando surgen "defensores" de los ciudadanos. Bueno, no de todos, se llaman "defensores" de la clase trabajadora, de los desfavorecidos, de los menos formados, ...
Creo que estos "defensores" los insultan con su defensa. Me explico: cualquier albañil, barrendero, fontanero, escayolista, ..., clase obrera, tiene capacidad para leer la composición de las pringuels, para leer en internet consejos básicos (múy básicos: no te jartes de grasas saturadas) de salud, o bien, para consultar a su médico.
Quien toma todos los días un paquete de pringuels, o come todos los días en Mc Donals, o fuma, o bebe más de la cuenta, lo hace LIBREMENTE. Todas las personas, desde Botín, pasando por Zapatero, por un ingeniero, por los médicos, por los albañiles, electricistas y vagabundos, toman sus decisiones LIBREMENTE.
El debate no es tanto de la libertad,que también , como el de la informacion.
En general en nuestra sociedad de la información hay dos tipos claramente delimitados de personas que se corresponden con dos tipos de fuentes de informacion y dos tipos de implementación publicitaria, , uno menos exigente y más vulgarizado y otro más intelectual: el hombre que ve y el hombre que lee. En el primer tipo topamos con la TV, la radio y gran parte revistas editadas. En el segundo, la prensa e Internet, y en concreto los periódicos digitales, los blogs, foros, wikis y podcasts. Eso no quiere decir que en los blogs no haya opiniones de retrógrados y de mentalidades del siglo XIX y que crean ingenuamente que un vagabundo ó un adolescente se leen la composición de los alimentos que ponen tan fácilmente a su alcance las multinacionales del negocio de la alimentación. Por el mismo motivo , supongo que no estarán de acuerdo en que las cajetillas de tabaco lleven impresa la información de que el tabaco mata, que ha costado tanto tiempo conseguir , en contra del criterio de las multinacionales del tabaco.
Para estas multinacionales la libertad de expresión e independencia de Internet molesta y se la intenta amordazar, a veces con la colaboración cándida de opiniones como la de mi amigo anónimo. Hay informacion que hay que expandir para poder tener libertad de elegir y los bloggeros contribuimos a ello sin que planee sobre nosotros otro ánimo ni sospecha que la de dar opiniones todo lo libres de lo que somos capaces para que la verdadera libertad (la informada) sea más auténtica.¿Os suena lo del consentimiento informado? . Pués eso mismo pero con las patatas y con lo que haga falta. Un saludo "balsámico"
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