La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

martes, 20 de enero de 2009

Darwin


2009 será el año de Darwin por dos motivos: 200 años de su nacimiento y 150 años de la publicación del “Origen de las especies”, un libro que precipitó un cambio de paradigma y promovió una visión radicalmente diferente de la que el ser humano tenía sobre sí mismo. La conmoción fue tan grande que aún no se ha apagado y a pesar de que la evidencia científica que apoya la teoría de la evolución es abrumadora todavía hay grupos sociales que la combaten de forma visceral.



La biología es una disciplina muy ligada a la medicina pero en los tiempos en que yo estudié estaba fragmentada en distintas asignaturas no contextualizadas en las que era muy fácil perderse en datos memorísticos. Y nadie nos enseñó lo que había significado Darwin, las preguntas que había planteado, las posibilidades que había abierto, el reto que asumió al atreverse a pensar a contrapelo de su tiempo. Sin embargo sus ideas han sido determinantes en la medicina moderna y sirven de inspiración en multitud de líneas de investigación actualmente abiertas en distintas especialidades médicas.




Por suerte, ya terminada la carrera cayó en mis manos un magnífico libro de Biologia general de Helena Curtis (Panamericana). En él se comenzaba relatando el viaje del Beagle (1831) en el que el capitan de 21 años, Fitz Roy estuvo a punto de no aceptarlo a causa de su nariz (creía que su forma tenía relación con la determinación del carácter y la de Darwin no parecía ajustarse al modelo deseado), sus influencias (los Principios de Geología de Lyell, las teorías de Malthus) la larguísima gestación del libro y las dudas para publicarlo, que solo se disiparon cuando se enteró que un competidor, Alfred Russell Wallace, había llegado a las mismas conclusiones por su cuenta y estaba a punto de publicarlas.



Los cinco años de travesía en el barco, alrededor del mundo, marcaron el destino de una época y el inicio de una teoría que no ha parado de acumular pruebas científicas a su favor. También en este tiempo ha sido sacada de contexto y manipulada para legitimar ideas políticas o de organización social. Esto ya comenzó con las teorías de Francis Galton, primo de Darwin, que se quejaba de que la sociedad moderna protegiera de la selección natural a sus “miembros menos aptos” y continuó con múltiples derivaciones del llamado “darwinismo social” o determinismo genético que tuvo su momento más lúgrube en la ideología nazi.



En el último número de la revista “Investigación y ciencia” (Enero 2009) monográfico dedicado a la evolución, se puede hacer un repaso de los múltiples aspectos de la teoría y a las nuevas cuestiones que no dejan de plantearse: ¿procede la evolución a saltos?;¿existe la “deriva genética”, proceso por el cual las mutaciones azarosas con frecuencia se trasmiten o desaparecen sin haber tenido efecto adaptativo alguno?; ¿la selección natural de grupos enteros explica los rasgos altruistas?, etc.



Y si queremos seguir con un debate interesante para los médicos podemos leer la entrevista de Frank Miele traducida en en Tercera Cultura (http://www.terceracultura.net/tc/?p=892
a Thomas J. Bouchard y Nancy L. Segal, expertos del Estudio Minnesota de gemelos criados por separado. Alli podemos hallar nuevos datos sobre el peso de la herencia y el ambiente en las motivaciones, los rasgos de nuestra personalidad y nuestros intereses psicológicos.



Y parece que el peso de los genes es grande. Los gemelos, aunque habían estado separados desde el principio, tenian un gran parecido psicológico y habían desarrollado intereses similares quizá porque cada organismo crea su entorno y lo hace a partir de “apetencias” (impulsos/querencias) productoras de experiencias que están bastante ligadas a los genes. Una cuestión paradójica es que si se consiguiera mejorar el sistema educativo de manera que la unicidad de cada individuo pudiera florecer, probablemente se podrían observar más diferencias individuales que estarían ligadas a la carga genética. Es decir pudiera ser que los efectos genéticos se hicieran más evidentes según fuerámos poseyendo oportunidades mejores y más equitativas para todos.



En fin un debate con muchos puntos que investigar y lleno de controversias que también puede continuarse en el blog de Arcadi Espada http://www.arcadiespada.es/( 16 de enero), donde puede leerse su opinión sobre la entrevista y las de sus lectores, entre ellas las de uno que cuestiona lo que pueda extraerse de ese tipo de estudios en base a ideas del filósofo argentino Mario Monge. El año Darwin no ha hecho más que comenzar.