Aquí podeis ver algunas de éstas reacciones
“Y estaba frente a mí con la
mirada perdida. Parecía que se había quedado petrificada. No hablaba, no hacía
nada. Sólo permanecía frente a mí, sentada, tras darle la mala noticia”
Cada persona “es un mundo” por lo que
cabe esperar tantas reacciones como personas existen. Y cada una de ellas lo afrontará
de manera diferente. Pero sí que existen
algunas etapas comunes antes y después del diagnóstico. No son fases consecutivas
necesariamente, a pesar de que se muestren así en la figura. La persona podrá
ir "saltando" de una a otra durante todo el proceso oncológico. Incluso cuando
haya alcanzado la aceptación de la situación podrá volver a otras fases y
retomar ésta, más adelante.
¿Qué suele pasar cuando reciben el diagnóstico?
¿Cómo se suele
reaccionar?
- Al principio existe una sensación de irrealidad de “esto no me puede estar pasando a mi” (Shock).
- Todavía hoy la palabra “Cáncer” suscita miedo y preocupación, a pesar de los avances médicos y tecnológicos. Miedo ante el propio diagnóstico, a los cambios, a los tratamientos, al dolor, etc.
- Luego se pasa a la negación: “esto no está pasando, deben haberse equivocado, no puede ser para tanto”. Es el momento en el que se suelen hacer consultas a otros especialistas y se buscan segundas opiniones médicas.
- Aparecerán sentimientos de rabia o ira, “esto no es justo, no lo merezco”.
- Más adelante se pasará a un etapa de tristeza y llanto, preocupación, sufrimiento por todo lo que está sucediendo (“depresión”, nunca entendida todavía como diagnóstico clínico).
- Para finalmente llegar a la aceptación de la situación.
Hay que decir que todas estas reacciones son normales y adaptativas. Es
bueno y necesario que aparezcan para una buena adaptación al proceso
oncológico. Cada vez irán siendo menos
intensas hasta que la persona afectada se va familiarizando con el proceso
de enfermedad y empieza a aumentar su sensación de control.
Son etapas que los familiares y amigos también pueden vivir al
enfrentarse a la experiencia de tener a alguien en esta situación durante su
propio proceso de adaptación a la misma.
El marido de ésta querida amiga que acaba de fallecer, que también es un buén amigo ha sufrido lo indecible en silencio porque creía que así ayudaba más a su mujer. Sus sentimientos y altibajos emocionales han ido parejos , de la mano de los que experimentaba su mujer pero muchas veces se sufre sólo, el enfermo y su familia por no preocupar al ser querido , y el sufrimiento es entonces acrecentado por el sentimiento de soledad.
Si sabemos acompañar, respetando las emociones que son normales en estas situaciones, habremos verdaderamente ayudado a esas personas que han puesto su confianza en nosotros, no tanto para la curación , que ya no es posible, como para la ayuda y la solidaridad emocional que podemos dar casi siempre.