La Utopía
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.
CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE
domingo, 24 de febrero de 2008
Urge una rebelión médica........pacífica pero firme( y II)
Urge una rebelión médica...pacífica pero firme. (I)
Pánico
Quisiéramos creer que todos tenemos miedo -la misma capacidad de sentir miedo- pero en esto, como en tantas cosas, la naturaleza quizá tampoco haya sido justa. A medida que se conocen mejor los mecanismos neurobiológicos del miedo se constata que las personas tenemos sistemas neurales que nos hacen más o menos vulnerables a la ansiedad, de tal forma que incluso las hay que pueden soportar situaciones de estrés extremo con unas consecuencias psicopatológicas mínimas. Esto al parecer depende de ciertos equilibrios de hasta 11 mediadores neuroquímicos, como el cortisol, la DHEA, la CRH, la galanina, el sistema locus coeruleus/noradrenalina, el neuropétido Y, la dopamina, la serotonina, los receptores benzodiacepinicos, la testosterona y los estrógenos. Evidentemente la carga genética se matiza con la interacción con el entorno, con la historia de aprendizaje y con lo que el individuo actual es capaz de hacer con su estilo cognitivo.
Pero más nos vale que nunca tengamos una crisis de pánico (o trastorno de angustia) como le ocurrió a C. una chica de 22 años que acudió el otro día con sus padres, tan asustados como ella, a mi consulta. Como acabo de trasladarme hace poco no la conocía, así que le pedí que me contara su historia que coincidía en casi todo -también en que no estaba bien tratada- con otras que he visto muchas veces, porque las crisis de pánico son frecuentes en atención primaria.
C. está estudiando una carrera universitaria y es muy buena estudiante, pero hace unos dos meses coincidiendo con los exámenes y con una crisis con su novio comenzó a sentirse muy nerviosa, a tener irritabilidad y a dormir mal. Una tarde le entró un ataque de pánico. Sintió de pronto un miedo intenso, parestesias, palpitaciones, sudoración y la sensación de que podía morirse de forma inminente. Fue a urgencias del hospital y le dijeron que era una crisis de ansiedad, algo de nervios que no le explicaron muy bien, le mandaron una benzodiacepina y le recomendaron que fuera al psiquiatra. Pero ella se asustó todavía más porque no entendía lo que la pasaba. Preocupación que aumentó cuando, sin un desencadenante claro, otro día le entró otra crisis y así hasta cuatro en las que también fue a urgencias. Cuando la ví no había ido al psiquiatra porque le daba miedo y se tomaba de vez en cuando un bromacepan 1,5 que combinaba, a demanda con alprazolam 0,25 (había leido el prospecto y le daba miedo hacerse dependiente). Es decir, había juntado a su manera los tratamientos que le habían ido recomendando sucesivamente en urgencias. Además ahora dormía mal, estaba nerviosa irritable y cada vez mas triste.
Es decir C. estaba tratada solo con benzodiacepinas a bajas dosis y no tenía una idea clara de su enfermedad que vivía como una vulnerabilidad extrema y que ya le estaba produciendo síntomas depresivos, algo que si no se trata adecuadamente ocurre en muchos casos. Por eso es muy importante que los médicos de familia tengamos las ideas claras respecto al manejo de estos cuadros, porque son de nuestra competencia y además la mayoría de las veces si no los tratamos nosotros no los trata nadie, con lo que estos pacientes se deterioran y ven muy afectada su calidad de vida.
Así que ahí van algunas recomendaciones para el manejo basadas en la evidencia (acabo de leer una monografía sobre trastornos de ansiedad del Clinical Psychiatry self-assessment program de la APA):
-Si vemos al paciente con la crisis activa tenemos que saber que suele ser autolimitada y le tenemos que trasmitir que aunque se sienta muy mal no le va a pasar nada malo (lo que no significa "que no tenga nada") aunque en ese momento quizá no le tranquilice demasiado dada la intensidad de su emoción para la que busca (y encuentra) mil pensamientos catastróficos congruentes. Por eso hay que darle benzodiacepinas comenzando por ejemplo por alprazolam 0,5 mgr sublingual que podemos repetir hasta que mejore.
-Cuando ha mejorado es importante explicarle bien en qué consiste su trastorno y avisarle de que puede repetirle, aunque le vamos a poner un tratamiento para que a ser posible esto no le ocurra. Le pautaremos por ejemplo alprazolam retard(se retira mejor por su vida media más larga) 1 mgr/12 horas los primeros días -lo que hace muy difícil que se repitan las crisis- e iniciaremos (¡esto es lo importante!) un tratamiento con un IRSS. Hay evidencia de eficacia para este trastorno para el citalopram, escitalopram, sertralina, paroxetina, fluoxetina y fluvoxamina. También es eficaz la clomipramina pero se utiliza poco porque se tolera peor. La elección hay que hacerla en función de las características del paciente y de los efectos secundarios. Se puede comenzar por dosis bajas los primeros 5-7 días (por ejemplo 25 de sertralina; 10 de citalopram, paroxetina, fluoxetina; 5 de escitalopram) y luego subir al doble para, pasadas unas 4 semanas, ajustar la dosis.
-Hay que citar al paciente al día siguiente para ver como se encuentra y para ganarnos su confianza. Le podemos enseñar a reatribuir. A que si le vuelve a ocurrir esté avisado y que se diga a sí mismo que a pesar del miedo no le va a pasar nada; que respire hondo y lentamente; que trate de concentrarse en estímulos externos que lo distraigan; que tome si es necesario un alprazolam 0,5 de rescate y que se ponga en contacto con nosotros si esto ocurre. Y también tenemos que animarle a que no abandone el tratamiento aunque se encuentre bien.
-En visitas sucesivas se va disminuyendo lentamente (hasta retirar si es posible) la dosis de benzodiacepinas, que al principio del tratamiento también previenen el aumento de los síntomas de activación inicial de los IRSS que se producen con frecuencia en estos pacientes y que ellos toleran muy mal y les pueden hacer abandonar el tratamiento. Generalmente el tratamiento con ISRS hay que mantenerlo como mínimo 12 meses aunque probablemente sea necesario más tiempo. La retirada hay que hacerla con cuidado, lentamente y aprovechado un periodo en que el paciente esté estable en su vida personal. La psicoterapia cognitiva conductual también puede ser útil. Podemos derivarla a un psicólogo o, si tenemos formación apoyarla nosotros con técnicas de restructuración cognitiva (otro día os contaré algo sobre esto).
El trastorno de angustia es un síndrome con un agrupamiento familiar y una heredabilidad moderados. El riesgo por vida global de los parientes de primer grado es casi ocho veces mayor que el riesgo en los parientes de personas sanas. Estudios de asociación proporcionan indicios provisionales de la implicación específica del gen de la COMT y el gen del receptor de adenosina-A2a.
Solo han pasado 10 días y C. ha mejorado mucho con el tratamiento, tanto que casi no se lo cree. Se le ha quitado el nerviosismo, la aprensión, duerme bien. Tolera bien la medicación y sigue estudiando su carrera. Un pequeño milagro para el que no se necesita demasiado tiempo ni alta tecnología. Solo una actitud positiva y un mínimo conocimiento. Nuestras mejores armas de trabajo.
sábado, 23 de febrero de 2008
Reflexiones al fin de una guardia.
Libros electrónicos de medicina
jueves, 14 de febrero de 2008
A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César
miércoles, 13 de febrero de 2008
Adicciones
Es curioso con que normalidad los médicos de familia hemos aceptado las “Unidades para dejar de fumar” que se han montado en muchos hospitales, generalmente llevadas por neumólogos, aunque la verdad es que se han producido como un hecho consumado. El mensaje que ha recibido la población ha sido claro: “Fumar es malo. Dejar de fumar es siempre difícil, usted no puede dejarlo solo con su voluntad. Siempre se precisa de ayuda especializada (que desde luego no es la que puede darle su médico de familia) lo que generalmente supone que precisará un fármaco para ayudarle. Mientras no tome nada usted no podra dejar de fumar. Si no deja de fumar es porque no recibe ayuda. Usted no es responsable de seguir fumando”.
No se si habréis notado como esto ha afectado a las expectativas de muchos de nuestros pacientes. Cualquiera, fume el número de cigarrillos que fume, nos puede pedir una derivación a la Unidad de Tabaco del hospital. A nosotros nos dicen que limitemos las derivaciones pero a los pacientes no se les dice nada, al contrario se hace propaganda de ellas por televisión, se venden como una nueva prestación. La “capacidad que curar” que podríamos tener en la deshabituación tabáquica se disminuye al mínimo.
Por otro lado no se si habéis pensado donde se puede clasificar la deshabituación tabáquica. En todo caso sería una adicción encuadrable en algunas ocasiones en el DSM-IV en el apartado de Trastorno por abuso de sustancias (F1x.2x. Dependencia de sustancias). No parece un problema neumológico ni que se reequieran conocimientos de ese campo para abordarla. En todo caso sería en casos extremos un problema psiquiátrico. Y si no lo es, por perfil de formación, los médicos de familia seríamos los más adecuados para tratarlo. Se aducirá que no tenemos tiempo pero, en caso de no tenerlo, no lo tenemos para eso ni para nada. Y puestos a montar unidades específicas podria haberse contado con médicos de familia y haberlo hecho en el ámbito de la atención primaria dadas las características y la alta prevalencia del problema.
El hacer responsable a la gente de sus hábitos y apelar a su voluntad para dejarlos (si ellos lo eligen: son libres no hay que olvidarlo) considero que es un requisito previo para cualquier terapia de este tipo. A partir de ahí se puede hacer una restructuración cognitiva o cualquier otro tipo de apoyo psicoterapéutico. Para deshabituar a alguien del hábito tabáquico es razonable seguir un esquema secuencial en función del número de cigarrillos que fume y otras variables entre las que se incluye una evaluación de su salud mental. En muchos casos la gente fuma mucho porque tiene estrés o ansiedad o está deprimido. Y habría que tratar adecuadamente la causa. En otros casos fuman pocos cigarrillos y tiene una adicción psicológica situacional que puede abordarse sin medicación ninguna.
El problema es que a menudo se medicaliza la vida y se trata a los individuos como si no fueran responsables y libres. Creandoles otras adicciones quizás más peligrosas.
lunes, 11 de febrero de 2008
Psicofármacos y embarazo
Nos pillan con el carrito del helado
Tomado de El Mundo
Uno de los elementos para medir la actividad científica de un profesional es el número de publicaciones. También es aplicable para puntuar en unas oposiciones.
Cuando por razones de prestigio o necesidad de ascenso en la carrera profesional, la investigación pasa de ser un medio para convertirse en un objetivo, aparece la picaresca y, por qué no decirlo así, el fraude.
Publica o muere; y aparecerán “estudios salami” con una misma muestra, donde colocar como autor a toda la “pandi”. Veremos plagios, autoplagios , tú me pones en tu estudio y yo en el mío, y publicaciones de escaso o nulo impacto.
Importa más la cantidad que la calidad, de manera que hasta un 50% de los artículos no serán citados posteriormente.
En fin, un complejo conflicto de intereses con difícil solución, pero siempre hay una policía vigilante, aunque sea para dar testimonio…
¿Cómo podría cambiar esto?
jueves, 7 de febrero de 2008
Carrera profesional
Michel de Montaigne Ensayos. Libro 1. Cap XXII. Resultados distintos de la misma decisión
Acantilado 2007
El Dr. K tiene casi 30 años y está a punto de terminar su último año de residencia. Puede ser hombre o mujer y ser médico de familia o tener cualquier otra especialidad. La pregunta es: ¿Qué carrera profesional le aguarda?. Y no me refiero a lo que ahora se entiende de forma devaluada por este término. Me refiero a qué expectativas personales y profesionales puede aspirar y qué puede hacer por conseguirlas. Suponemos que buscará trabajo en el sector público que es con mucho el mayoritario en este país.
A nivel personal el Dr. K tendrá un primer problema. A no ser que sea anestesista o radiólogo o de cualquier otra especialidad muy deficitaria que le permita cambiar fácilmente de ciudad, su posibilidad de encontrar trabajo se verá muy limitada a la comunidad en la que ha hecho la residencia o de la que proceda por familia o en la que encuentre su primer trabajo. Porque una vez que haya conseguido un contrato en un hospital o en un centro de salud es muy probable que le cueste mucho cambiarse. Al menos eso es lo que ha ocurrido en los últimos veinte años. La actual organización autonómica hace que todo conspire para no facilitar la movilidad dentro de este país. Si se es interino o contratado no son factibles los traslados. Suponiendo que se repita la OPE, ésta solo ha permitido optar a una gerencia o a un hospital concreto. En los baremos se incluyen cada vez más condiciones excluyentes como el idioma (no el aprenderlo en un tiempo determinado sino como requisito previo) o el valor que se da al tiempo trabajado en la comunidad en concreto. Esto es algo que ya se ve como normal. Pero ¿es lógico que el Dr. K tenga que resignarse a ello?. ¿Acaso no podría, si así lo prefiere, trabajar unos años en un hospital o un centro de salud de Asturias, un par de ellos en Londres (quizá lo más fácil ), otros en Sevilla, algunos en Badajoz y por fin jubilarse junto al mar en Mallorca?. ¿Acaso experimentar distintos ámbitos de trabajo, conocer gente diferente, cambiar de aires de vez en cuando, no es algo positivo para un profesional, al menos si él lo prefiere por cualquier motivo? ¿Acaso no es eso bueno para el sistema sanitario?. Pero la realidad es que el Dr. K puede quedarse atrapado con facilidad. Quizá tenga suerte y consiga el trabajo donde quiere permanecer toda su vida. Pero si no es así, si por ejemplo, consigue un contrato en un pueblo perdido o un hospital comarcal muy lejano a donde él quiere vivir, lo tendrá crudo. Y no es fácil que de esto le compense ni siquiera el dinero o algunos día más de vacaciones. Eso no estará mal aunque no ha ocurrido hasta ahora. Cualquiera puede estar un tiempo en un sitio que no le gusta e incluso convertirlo en una experiencia enriquecedora si sabe que eso va a ser por un tiempo limitado. Si tiene claro qué puede hacer si quiere salir de allí. Y en estos últimos veinte años no ha estado muy claro lo que el Dr. K hubiera podido hacer, en su circulo de influencia, para salir de donde no le gusta vivir.
A nivel profesional el Dr. K se planteará con qué curriculum le será más fácil encontrar un trabajo que le resulte atractivo y que sea estable. Quizá siempre le han dicho que lo fundamental de un médico es su formación y que si se esfuerza, si estudia, si publica, si hace bien su trabajo clínico al final conseguirá un buen puesto de trabajo. ¿Pero ha sido esto verdad en los últimos veinte años?. ¿Qué tiene que hacer para encontrar un buen trabajo o simplemente un trabajo?, ¿qué curriculum que pueda construir es el más favorable para conseguirlo y dónde tiene que mandarlo?.
Tengo la sensación de que en el ámbito hospitalario lo fundamental ha sido y es, fuera del azar, el tener buenas relaciones (o padrinos), el que las tenga el jefe del servicio en el que se haya hecho la residencia, esperar el soplo de un compañero. Quizá sea importante la formación pero no sé si es lo determinante. El hecho de que durante muchos años no haya habido oposiciones periódicas con temarios y baremos claros y estables lo que ha alentado es el clientelismo (con tanta tradición en este país) y la sumisión. La OPE solo ha sido un paripé que ha legitimado eso. Los peores augurios se han cumplido. Una vez dentro del sistema no hay ninguna evaluación (y en muchos casos valoración) de la competencia clínica que tampoco sirve para progresar.
En atención primaria ha habido oposiciones, en los últimos años autonómicas, con baremos distintos, a veces convocadas el mismo día para no poder concurrir a autonomías distintas. Pero aún así ha habido pocas y erráticas, lo que ha impedido cualquier tipo de planificación. Las deficiencias se trataron de resolver con una OPE que sobre todo valoró la antigüedad para tratar de limitar los daños por tantos años de interinidades. Cuando las cosas se hacen mal durante mucho tiempo cualquier solución es mala. Así que el futuro del Dr. K será encadenar una larguísima serie de sustituciones por los centros de salud de la provincia en la que resida, hasta que tenga puntos (que probablemente no le servirán para otra autonomía) para conseguir una interinidad, quien sabe donde. Nadie evaluará la calidad de su trabajo y es posible que no le sirva de mucho estudiar para su futuro profesional. Puede ocurrir, como en las últimas oposiciones de CLM , que aunque apruebe el examen con un buen número, si es joven, no tenga ninguna posibilidad de conseguir una plaza. La antigüedad será lo determinante. El principio de que el número de aprobados coincida con el número de plazas vacantes parece abandonado definitivamente.
En definitiva el Dr.K puede hacer pocas cosas que estén en su círculo de influencia para conseguir un buen trabajo o siquiera un trabajo mínimamente estable. Aunque sea alguien estudioso, motivado, humano, buen clínico, abnegado, no tendrá ninguna ventaja con respecto a alguien que sea todo lo contrario. No sabrá qué curriculum construirse que le sea favorable. Lo que hoy es un mérito, mañana puede no serlo. Lo que es un mérito aquí puede ser un demérito allí. Quizá el Dr.K pueda optar por entrar en la gestión pero ya se sabe ( o no se sabe) el perfil que hay que tener para eso. O puede liberarse por un sindicato pero no sabe muy bien (o si se sabe) como se llega a ello. O buscar trabajo en el sector privado. Pero no hay demasiados puestos de trabajo en esos sectores.
Ahora hay falta de médicos. Por eso es posible que al Dr. K no le falte el trabajo. Quizá en unos años haya médicos suficientes pero eso, si todo sigue igual, perjudicará al Dr. K porque será todavía más dura la competencia en la arbitrariedad, sin reglas explícitas, con sueldos diferentes por hacer el mismo trabajo en distintos puntos del Sistema Nacional de Salud del mismo país.
A esta alturas no hay más remedio que volver a Montaigne. Ante esta situación, en el río revuelto, puede haber ganancia de pescadores. Puede legitimarse cualquier cosa, por ejemplo abandonarse profesionalmente o justificar cualquier situación que nos beneficie al margen de su racionalidad, simplemente porque así son las cosas, porque hay que ser realistas. Podemos caer en la indefensión o en el Burnout o en cualquier variante de la verborrea autocompasiva. Pueden tener ventajas los menos éticos, los "más listos". Pero quizá porque la situación es incierta y nos deja perplejos convendría reflexionar sobre cual es la postura más honesta y más justa. Y la más inteligente. Y más saludable para Dr. K. Todo un reto.
sábado, 2 de febrero de 2008
Sobre la falta de médicos
¿Du llu espic ingliss?
Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.
Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonta de mí, creía que hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor.
Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap...
Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino fellings, ni por supuesto implantamos algo, ahora lo implementamos todo .
Sacamos tickets, compramos compacs, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting, en lugar de acampar hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.
Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino panties y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico.
El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking.
El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking y el representante, el manager. Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento.
En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi siempre con la public-relations, mientras la assistant envía mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yoghurt light y el body-fitness.
El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se hartan a bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne.
Ustedes, sin ir más lejos trabajan en un magazine, no en un programa.
En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto, como saben ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene carnaza y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en moderno.
Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de ser mejores, te permiten hacer zapping.
Estas cosas enriquecen mucho.
Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos en otros tiempos, solo nos queda decir con acento americano la única palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra "SIESTA."
Espero que os haya gustado... yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los cojones.
Espero que a partir de hoy nadie le dé empowerment a los pacientes y utilicemos medicina basada en pruebas , no evidencias.