- En los últimos cinco meses varios de mis pacientes más jóvenes han pasado por el durísimo trance de ser diagnosticados de Cáncer en diferentes localizaciones. Hace tan sólo una semana fallecía una muy querida amiga por un tumor que se la ha llevado en tan sólo tres meses desde el diagnóstico. El miedo, ese fantasma inseparable de las malas noticias atenaza hasta el punto de anular tus capacidades y hemos de ayudar tanto a éstos pacientes como a sus familiares para que superen estos dramáticos momentos en que esos miedos les bloquean de tal forma que les impiden aprovechar el tiempo, a veces muy corto que les queda, para poner sus cosas en orden y tener cierto control sobre la situación para morir dignamente.
Aquí podeis ver algunas de éstas reacciones
“Y estaba frente a mí con la
mirada perdida. Parecía que se había quedado petrificada. No hablaba, no hacía
nada. Sólo permanecía frente a mí, sentada, tras darle la mala noticia”
Cada persona “es un mundo” por lo que
cabe esperar tantas reacciones como personas existen. Y cada una de ellas lo afrontará
de manera diferente. Pero sí que existen
algunas etapas comunes antes y después del diagnóstico. No son fases consecutivas
necesariamente, a pesar de que se muestren así en la figura. La persona podrá
ir "saltando" de una a otra durante todo el proceso oncológico. Incluso cuando
haya alcanzado la aceptación de la situación podrá volver a otras fases y
retomar ésta, más adelante.
¿Qué suele pasar cuando reciben el diagnóstico?
¿Cómo se suele
reaccionar?
- Al
principio existe una sensación de irrealidad de “esto no me puede estar pasando
a mi” (Shock).
- Todavía
hoy la palabra “Cáncer” suscita miedo
y preocupación, a pesar de los avances médicos y tecnológicos. Miedo ante el
propio diagnóstico, a los cambios, a los tratamientos, al dolor, etc.
- Luego
se pasa a la negación: “esto no está
pasando, deben haberse equivocado, no puede ser para tanto”. Es el momento en
el que se suelen hacer consultas a otros especialistas y se buscan segundas
opiniones médicas.
- Aparecerán
sentimientos de rabia o ira, “esto
no es justo, no lo merezco”.
- Más
adelante se pasará a un etapa de tristeza y llanto, preocupación, sufrimiento
por todo lo que está sucediendo (“depresión”,
nunca entendida todavía como diagnóstico clínico).
- Para
finalmente llegar a la aceptación de
la situación.
Hay que decir que todas estas reacciones son normales y adaptativas. Es
bueno y necesario que aparezcan para una buena adaptación al proceso
oncológico. Cada vez irán siendo menos
intensas hasta que la persona afectada se va familiarizando con el proceso
de enfermedad y empieza a aumentar su sensación de control.
Son etapas que los familiares y amigos también pueden vivir al
enfrentarse a la experiencia de tener a alguien en esta situación durante su
propio proceso de adaptación a la misma.
El marido de ésta querida amiga que acaba de fallecer, que también es un buén amigo ha sufrido lo indecible en silencio porque creía que así ayudaba más a su mujer. Sus sentimientos y altibajos emocionales han ido parejos , de la mano de los que experimentaba su mujer pero muchas veces se sufre sólo, el enfermo y su familia por no preocupar al ser querido , y el sufrimiento es entonces acrecentado por el sentimiento de soledad.
Si sabemos acompañar, respetando las emociones que son normales en estas situaciones, habremos verdaderamente ayudado a esas personas que han puesto su confianza en nosotros, no tanto para la curación , que ya no es posible, como para la ayuda y la solidaridad emocional que podemos dar casi siempre.