- Mamá, ¿podría levantar esa piedra?
- Claro, hijo, si pones toda tu fuerza en el intento, seguro que lo conseguirás.
El niño fue hacia la piedra, se agachó y agarró con ganas la gran piedra. Lo intentó y lo intentó bajo la atenta mirada de su madre. El pequeño se giró varias veces hacia su madre y finalmente, mirándola a los ojos le dijo:
El niño fue hacia la piedra, se agachó y agarró con ganas la gran piedra. Lo intentó y lo intentó bajo la atenta mirada de su madre. El pequeño se giró varias veces hacia su madre y finalmente, mirándola a los ojos le dijo:
- No puedo hacerlo, soy demasiado pequeño. ¿Me ayudas?
Su
madre se acercó con una sonrisa, se agachó a su lado y entre los dos
levantaron la piedra. Cuando volvieron al camino el niño se puso triste:
- No he podido hacerlo…
- En realidad, sí que has podido… A veces, intentarlo con todas tus fuerzas quiere decir ser capaz de pedir ayuda.
3 comentarios:
Cuánta razón tiene tu escrito, en ocasiones vamos de prepotentes sin darnos cuenta lo mucho que nos necesitamos los unos a los otros...
Un abrazo
Magnífico!!!!
Gracias por vuestros comentarios. Un abrazo
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