A este respecto recordar que la psicóloga Sheena Iyengar dirigió un experimento en California, consistente en un puesto de venta de mermeladas en una tienda de comestibles. Unas veces preparaba un escaparate con apenas 6 tipos de mermelada distintos y otras, exhibía hasta 24 tarros diferentes.
El objetivo del experimento era comprobar si a mayor número de confituras expuesto, más ventas se conseguían en la tienda. La lógica parece indicar que así debería ser, puesto que hay más posibilidades de abarcar un rango mayor de deseos del consumidor.
La realidad demostró lo contrario, y lo demostró de forma aplastante. El 30% de las personas que se detuvieron a observar el escaparate de 6 tipos de mermelada, terminó comprando alguno. Y solamente un 3% de todos los clientes que se pararon ante las 24 variedades de confitura adquirió finalmente el producto. ¿Sorprendido/a? Realmente se trata de una diferencia más que notable.
A este efecto se le suele llamar parálisis por el análisis; es decir, nuestro inconsciente se ve obligado a detenerse a analizar algo que no tiene realmente "ganas" de hacer, porque el retorno de la inversión es prácticamente nulo, y literalmente "pasa" de hacerlo.
Hay un dicho que recoge a la perfección esta esencia: "Quien tiene un reloj sabe qué hora es. Quien tiene dos relojes, ya duda."
El valor de lo simple, a menudo, no se valora... y las consecuencias las paga , primero el paciente y luego todos los demás.
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