La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

domingo, 16 de marzo de 2008

APARIENCIAS


....." Y creyendo que eran gigantes , arremetió contra los molinos, quedando mal parado y mal herido nuestro hidalgo D. Quijote". D. Quijote de la Mancha . Cap VIII

Ayer fuí a visitar a Pepa, una de mis pacientes con una E. de Alzheimer en estadío 3-4 , a la que suelo ir a ver cada 15-20 días. Tiene alteraciones emocionales y de conducta, incontinencia fecal y oral, a veces coprofagia, además de un síndrome Parkinsoniano asociado que hace que tenga caídas ocasionales sobre todo si su esposo,Leandro, no está con ella para ayudarla. Leandro y Pepa viven sólos y él se deshace en cuidados hacia la que ha sido su esposa durante 45 años, y sufre lo indecible mientras va viendo cómo se deteriora progresivamente y se va convirtiendo en una edición barata de sí misma.

Hace 4-5 años , Pepa acudió a mi consulta para una revisión de su HTA y Dislipemia, y la ví muy irritable , agitada y resuelta a abandonar a Leandro porque decía que la maltrataba. que quería quedarse con su herencia y que siempre la había maltratado física y psíquicamente. y que ya no aguantaba más. Estaba decidida a marcharse y poner tierra de por medio para no seguir en ese infierno. Tras mi sorpresa inicial, hice una anamnesis dirigida a valorar el maltrato y la animé a buscar ayuda en el centro de la mujer, además de psicoterapia de apoyo y tratamiento ansiolítico y antidepresivo. Inicialmente , respeté la decisión de Pepa de no poner una denuncia porque "si lo hacía la mataría" , y sólo lo hice constar en la historia clínica.

Pocos días más tarde acudió Leandro a mi consulta , agobiado y azorado porque su mujer le había abandonado y no sabía donde estaba y lo que era peor , que la familia de su mujer y la mitad ó mas del pueblo le estaban recriminando el trato que le había estado dando en la intimidad del hogar y que justificaba sobradamente el abandono de hogar. Yo le indiqué que si quería que hablásemos y mi comunicación no verbal no debió ser adecuada para facilitar el diálogo porque él se negó, hoy sé que porque había notado cierta hostilidad en mí.

Podeis imaginar la situación de tensión latente que subyacía en cada encuentro clínico con Leandro y los comentarios de tipo recriminatorio que escuché de boca de sus parientes, incluido su hijo pequeño , que abandonó también el hogar, y de la familia de su esposa que le culpaba y satanizaba por todo el pueblo.

Hace dos años, Pepa volvió a consulta y aunque seguía refiriendo que su marido la maltrataba, que siempre había sido su esclava, había decidido volver con él. En realidad, había sido que Leandro había ido a recogerla al centro de acogida cuando las alteraciones cognitivas de Pepa se habían ido haciendo más manifiestas y se había puesto en cuarentena el diagnóstico inicial de maltrato para ir valorando el de una demencia incipiente. que el tiempo se ha encargado de ir confirmando.

Estuve meses viendo a Pepa en la consulta , siempre acompañada de su esposo , que se ocupaba de darle la medicación asearla, limpiarla, evitar que se lastimase, hacía la comida , arreglaba la casa y le daba, y aún le dá, un paseo diariamente para evitar que se anquilosara y facilitarle algo de contacto social, mientras se pudiese.

Hoy , en la visita a domicilio le he pedido disculpas a Leandro , le he dicho que le juzgué sólo por las apariencias, que tomé partido por su esposa sin escucharle a él y que me dejé llevar más por lo emocional que por lo racional. Él , muy amablemente, como siempre , me ha recordado aquel encuentro en el que le dije que si quería que hablásemos, y que él rechazó porque vió en mi expresión y en mis ojos un atisbo de hostilidad que no estaba dispuesto a recibir, por lo que la declinó cortesmente , para no sentirse herido una vez más por quién le habría debido dar al menos el apoyo necesario para expresar su versión de los hechos. Y no sólo me ha perdonado sino que me ha agradecido todo "lo que hago por ellos, y en especial por su Pepa, que se alegra,dice, cada vez que le comunica que voy a ir a verla".

También me ha dicho que la familia de su esposa viene a menudo a verla y que le han pedido mil perdones , porque se han dado cuenta de que es un hombre bueno y que sin él, su hermana no estaría en su casa ni tan bién atendida en otro sitio, por muy profesional que fuese. Y , lo que es más importante, ha venido su hijo pequeño y le ha dicho cuánto le quiere por tratar tan bién a su madre, después de lo que tuvo que soportar durante meses en el ambiente cerrado de un pueblo pequeño y por el rechazo que él tambien le había manifestado cuando creía que maltrataba a su madre.

Menuda lección de humildad me ha dado Leandro.

Aparentar tiene más letras que ser,sólo eso , letras, pero las apariencias engañan, no las juzgues. Como decía Von Schiller: "En lo que parecemos, todos tenemos un juez; en lo que somos, nadie nos juzga."