La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

lunes, 27 de mayo de 2013

Los Gerodáctilos (Gerentes "a dedo")

- Nuestro admirado Juán Gervás ha publicado éste artículo en Acta Sanitaria , del que entresaco  estas líneas por estar de acuerdo con lo que dice y que suscribo plenamente :

De gerentes "a dedo" a privatizaciones "a manos llenas"

En España los partidos gobernantes han marcado una línea autoritaria irrenunciable y común: el nombramiento "a dedo" de gerentes de hospitales y de áreas de primaria. Mientras en Nueva Zelanda, por ejemplo, se hacen convocatorias internacionales para poder elegir entre los mejores gerentes sanitarios del mundo, aquí se selecciona entre los amigos, y sobre todo entre los simpatizantes del partido. Se nombran comisarios políticos, más que gerentes (con las debidas excepciones que confirman la regla). Es la lógica de los corruptos, que se disfraza de "liberalismo". Por supuesto, liberalismo entendido como libérrima voluntad para preferir a los sumisos, a los que intentarán limitar la libertad de los clínicos.

Y así nos ha ido, de fallo en fallo, de error en error, de descontrol en descontrol. En lugar de potenciar lo mejor de un sistema sanitario universal de cobertura pública, se ha premiado la mediocridad y el servilismo. Todo muy "atado y bien atado", con poca innovación, con menos autonomía y con mucho inmovilismo. Aquí da igual el PSOE que el PP, y ambos que CiU, pues es la cultura de corrupción y del asalto al Estado de los partidos políticos sin democracia y sin transparencia. Quieren el control del sistema sanitario, y el control logran a través de gerentes que muchas veces tienen por misión principal limitar el campo de acción de los médicos y ocultar deudas que han crecido sin parar. Destrozan así el sistema sanitario, pero eso parece no importarles, como no les importó saquear las cajas de ahorro, hasta hacerlas desparecer pese a contar con historias centenarias y miles de millones de euros en caja. Son insaciables.



Cuando el sistema sanitario cae, el liberalismo se horroriza por el descontrol que ha provocado y los políticos asustados no se ven reflejados en el espejo sino que, cegados por el monstruo que han creado, miran a fuentes más "estables" (para no ver la deuda insoportable, ni a los médicos atados de pies y manos). Ya no pueden seguir con los gerentes "paracaidistas", y ahora buscan el más lucrativo negocio de la privatización; pasan de los nombramientos "a dedo" a la privatización a "manos llenas". Quieren crear otra burbuja, una vez desinflada la burbuja inmobiliaria. Corrupción sobre corrupción. Corrupción sin límites.

La privatización carece de transparencia, o se impone con reglas leoninas. Del estilo de las que estamos viviendo en Cataluña y en Valencia, y de las que se están implantando en Madrid. Por ejemplo, mientras se desligan sueldos y pensiones de la inflación, el pago a las empresas privadas se actualizará de acuerdo a la misma (al IPC). Por ejemplo, no son contratos de prestación de servicio, sino dejación del aseguramiento. Por ejemplo, no hay normas ni estándares de calidad, no hay objetivos sanitarios ni en salud. Por ejemplo, los hospitales privados no podrán cubrir toda las necesidades por lo que seguirán "colgando" de los públicos. Por ejemplo, no hay documentación ni estudio técnico-científico que justifique la mejor prestación de servicios y la mejor salud a través de la privatización. Por ejemplo, no hay compromiso para respetar la autonomía clínica de los médicos. Etc.

Se pasa así a un sistema que parasita lo público, que saquea lo público, que se presta a la corrupción y el amiguismo y que tiene por enemigo al médico y su autonomía. Se busca el servilismo, y el inmovilismo.