La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

martes, 2 de marzo de 2010

La Magia de los Espejos

-Para relajarnos un poco , tras los ardorosos comentarios de alguno de los últimos post, os dejo esta presentación, que reflexiona sobre la imagen que proyectamos sobre los demás y que debería ser lo más auténtica posible , lo más positiva que podamos. Me quedo , entre otras con una frase que dice que ..."no eres responsable de la cara que tienes , sino de la cara que pones a los demás". Esto me parece muy importante en los médicos que vemos a personas que sufren y que muchas veces buscan en nuestro rostro una primera pista para saber cómo nos encontramos anímicamente y en función de eso modulan su mensaje y su motivo de consulta. Por eso, hay veces que los pacientes vienen decididos a plantearnos un problema que les preocupa, pero sobre la marcha cambian el motivo de consulta a algo banal porque perciben , si no nos damos cuenta, la hostilidad, la prisa, la ansiedad por terminar rápido la consulta, la indiferencia. De la misma forma , si se sienten acomodados con nuestra mirada y nuestro gesto sabrán que es un momento propicio para hablar de eso que les preocupa y que a lo mejor no viene en los manuales de patología, pero que a ellos les impide dormir y les afecta el alma.
Con la música de la película de la Lista de Shindler, este vídeo ayuda a poner en valor esa actitud que es tan beneficiosa para nuestro trabajo, y que deberíamos revisualizar de vez en cuando:

El Paradigma del Agua fría. Elogio de la Medicina Basada en Pruebas


Hay un chiste de El Roto , con el que me gusta comenzar muchos de los talleres ó sesiones clínicas que damos a Residentes y médicos de Familia, y que viene a decir que : "Si todos caminamos en la misma dirección, ¿como sabremos que no existe otra?. Esa es una idea que justifica la sana escepticemia sobre la experiencia ó sobre la opinión de los expertos. Si hacemos las cosas porque siempre se han hecho así , nos estaremos empecinando en el error. Muchas veces la experiencia es precisamente eso: la perpetuación en el error.
Y hay una historia , muy conocida que no me resisto a trascribir, que justifica esta posición:


-Hace tiempo, unos científicos realizaron un experimento con 6 monos. Los metieron en una jaula, en el centro de la cual había una escalera que permitía alcanzar una cesta de plátanos cerca del techo. En cuanto uno de los monos subía por la escalera para coger los plátanos, duchaban a todos los monos con agua helada, lo que hacía que desistieran de su intento.

-Este proceso se repitió todas las veces que algún mono intentaba subir a por los plátanos. Hasta que al final, cuando algún mono intentaba subir la escalera, sus propios compañeros le daban una paliza para hacerle desistir de su intento.


-Entonces, se saca a uno de los monos de la jaula, y se introduce otro nuevo que no había participado anteriormente en el experimento. Al poco de entrar en la jaula, el mono intenta subir a por los plátanos, pero en cuanto se acerca a la escalera, sus compañeros lo agreden ante la posibilidad de una ducha fría. Este nuevo mono no entiende nada, pero tras varios intentos se da cuenta que no se puede acercar a los plátanos, si no quiere llevarse una paliza.


-A continuación se saca de la jaula otro de los monos que empezaron el experimento, y se introduce otro que tampoco había estado antes. Igual que en el caso anterior, el mono intenta ir a por los plátanos, y cada vez que lo hace, sus compañeros le propinan una paliza.

-Lo curioso es que el mono que introdujeron a mitad del experimento y que no ha sufrido la experiencia de la ducha fría, también participa en la paliza, aunque sin saber porqué. Para él "no está permitido acercarse a la escalera".


-Poco a poco se van sustituyendo todos los monos, hasta que no queda ninguno del grupo inicial, que habían sido rociados con agua helada.


-Cuando se sustituye el último mono, el comportamiento del grupo sigue siendo igual, en cuanto un nuevo mono intenta acercarse a la escalera, recibe una paliza. Y ninguno sabe porqué, ya que ninguno de ellos ha sido rociado con agua helada.

Lo único que sabían era:

"Está prohibido subir por la escalera, y quien lo intente se expone a ser vapuleado por el resto del grupo".

O lo que es lo mismo, si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta:
«No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así».