La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

sábado, 29 de noviembre de 2008

Listas de espera


Tengo la sensación que a estas alturas el Ministerio de Sanidad se ha convertido en un ministerio de propaganda. A falta de competencias reales se dedica a dar consejos sobre estilos de vida presuntamente saludables (si es posible con caras de famosos) o a tratar de convencer a la ciudadanía de que nuestro sistema sanitario es el mejor de los posibles y está en continua mejora. Hace unos días el ministro dió una rueda de prensa http://www.elpais.com/articulo/sociedad/listas/espera/quirurgica/bajan/minimo/2003/elpepisoc/20081127elpepisoc_9/Tes
anunciando que las listas de espera quirúrgicas eran las más bajas desde el 2003. Aunque hay que reconocer la elegancia que tuvo de manifestar que esto no se debía a "ninguna actuación en concreto" y que "no quería lanzar las campanas al vuelo".


Hoy le contesta con su energía habitual Enrique Costas Lombardía http://www.elpais.com/articulo/opinion/numeros/listas/espera/elpepiopi/20081129elpepiopi_8/Tes

Me permito trascribir el breve texto que no tiene desperdicio:



Dice el ministro de Sanidad y Consumo que "los números marcan una tendencia (a la baja)" en la demora en recibir tratamiento quirúrgico en el Sistema Nacional de Salud: en 2003 era de 81 días y en 2008 es de 68 (publicado en EL PAÍS el 27 de noviembre). Estos datos son desde luego muy dudosos, y probablemente, falsos. Nadie, ni el propio ministro que los declara y respalda, puede comprobar su veracidad: las listas de espera han sido secuestradas por los Gobiernos autónomos y están sumidas en una completa oscuridad.
Cada uno de los 17 servicios de salud, sin excepciones, registra, esconde o disfraza los datos de espera cómo y cuándo políticamente le conviene. Los acuerdos nacionales y las disposiciones legales de coordinación informativa y de normalización estadística no son más que papel mojado. En el sistema, la desinformación es casi absoluta y todos desean que siga así, haciendo imposible medir la realidad. Incluso el Ministerio de Sanidad y Consumo, con escaso respeto a los ciudadanos, ha pactado con las autonomías no desglosar las listas de espera para evitar comparaciones. Nuestra democrática sanidad pública no soporta la transparencia.



Y eso sin entrar en la calidad de esas intervenciones quirúrgicas. Porque al menos yo no tengo acceso a los números de morbilidad y mortalidad de mi hospital de referencia y no puedo compararlos con el resto, ni por tanto informar de ello a mis pacientes (cosa a la que creo que deberían tener derecho). Aunque comprendo que esto ya es mucho pedir, sobre todo si se asume con normalidad por la opinión pública que en un sistema sanitario que presuntamente se basa en la equidad hay un pacto para ocultar las diferencias de espera quirúrgica entre las diferentes comunidades autónomas. ¿Qué otras cosas no estarán ocultando o simplemente no mirando para no tener que ocultarlas?. ¡Menos mal que estamos en el mejor de los mundos posibles!.