La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

lunes, 30 de enero de 2012

La Sociedad Saciada

- Pedro Cavadas, el prestigioso  Cirujano  español ,  que realizó el primer transplante de cara en España, descubrió el  sentido de la vida y la esencia de ser médico , a la vuelta de un viaje a Kenia con el fin de ayudar a algunos . De ese viaje volvió otro Pedro Cavadas. Uno más consciente y comprometido. La muerte de uno de sus hermanos en un accidente de tráfico fue la desgracia que terminó de “abrirle los ojos” y le ayudó a ver más allá de sus cuentas bancarias. “Nadie ha pagado una entrada más cara por nacer en el hemisferio Norte”, ha dicho alguna vez el doctor.

A raíz de estos acontecimientos fue incapaz de volver a conducir su Porsche, ni ninguno de sus otros vehículos de coleccionista. Tanto él como el resto de su familia vendieron sus coches de lujo y se metieron de lleno en un proyecto de ayuda para África. De ahí nació la fundación Pedro Cavadas, que se nutre económicamente en un 99 % de las operaciones privadas del doctor y del estudio de los arquitectos Virginia y Eduardo Cavadas; tan sólo el uno por ciento restante corresponde a donativos.
Este extraordinario colega, da brillo continuamente a la  quintaesencia de la profesión, y es capaz de albergar en su propia casa y la de sus familiares a los niños que él mismo se trae para operarles, mientras se recuperan.


Una de las reflexiones que hace es la siguiente:
 "En las zonas duras del planeta, la gente no está de mala hostia todo el día. Al revés, lo pasan mal, pero los ratitos en que no lo pasan mal están alegres. Bailan, cantan. ¿Cómo es esto posible? En Occidente lo tenemos casi todo, o eso nos hacen creer, y estamos de mala leche todo el tiempo".

"Es la cirugía de las sociedades saciadas. Cuando alguien está saciado, tiene más comida de la que puede comer, más música de la que puede oír, más placer del que puede experimentar, entonces se empieza a preocupar por la puntita de la nariz o el michelín. Cuando la gente tiene vidas duras, y la mayoría de la humanidad las tiene, no se preocupa de eso. Y no es tan infeliz. AL REVÉS."