La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

lunes, 29 de julio de 2013

Maldito tren....Recordando a Enrique Beotas

-Hace más de veinte años, un grupo de profesionales de la comunicación encabezado por Enrique Beotas, con el apoyo de importantes expertos de la Sanidad de nuestro país, decidió llevar a la radio un espacio que abordase a un tiempo la dimensión sanitaria de la sociedad y la inquietud social por el ansiado estado del bienestar de los españoles. Surgió así por primera vez el concepto de la radio socio-sanitaria, sin duda el mejor calificativo aplicable al programa que surgió de aquel encuentro: La Rebotica.

   Hace unos años , tuve el honor de hablar con él  por tener la suerte de incluirme en una de sus ediciones impresas de La Rebotica . Una magnífica persona a la que adornaban los valores más importantes y entrañables de los seres humanos.Un verdadero promotor de la Amistad y de los valores que deben adornar a  nuestra profesión de entrega a los demás.


Hoy me  he enterado  de que era uno de los fallecidos en el maldito tren que iba a Santiago de Compostela. Y no he podido evitar buscar información que lo confirmara porque  me costaba creerlo , lo mismo que me costó creer que fuera verdad que 80 personas pudieran perder la vida en el medio más seguro de transporte a día de hoy. Y me sigue siendo imposible  el que no se me escapen lágrimas furtivas por él y todos los que han perdido la vida en éste maldito accidente que tiñe de luto nuestra España  y que me tiene aún el corazón sobrecogido.

Para Enrique y sus familiares , así como para aquellos que sienten la pérdida de alguien querido ,recordar el poema:
                                            EL ARBOL DE LOS AMIGOS:

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad