La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

lunes, 1 de diciembre de 2008

Género

Hoy día se habla mucho del género pero conviene saber con claridad lo que define ese concepto y como se utiliza en diferentes ámbitos sociales.
John Money en los años 50 del siglo pasado mientras investigaba con hermafroditas (que hipotéticamente no eran ni varones ni mujeres) precisó un término para referirse a los roles sociales relacionados con el sexo que tenían estos individuos y que muchas veces no concordaban con el sexo cromosómico o de las gónadas, el sexo hormonal puberal y fetal o la morfología postpuberal. No obstante en la sociedad esos individuos no tenían un rol neutro sino masculino o femenino.
Para clarificarlo rescató de la gramática el concepto género y definió el rol de género para referirse a aquellas cosas que una persona hace o dice para mostrarse a sí misma y a otros que es varón o mujer (lo que incluye las conductas eróticas pero no se restringe a ellas), y la identidad de genero como la experiencia privada de esas conductas, lo que una persona siente íntimamente que es.


En el mundo académico, sobre todo de las ciencias sociales, el término hizo fortuna y la dualidad sexo-género se asimiló a la de biología-crianza o naturaleza-cultura, de tal forma que se dejó el concepto sexo para los aspectos biológicos que se supusieron independientes del género que serían los aspectos culturales del sexo. Es decir el género comenzó a tratarse como si fuera algo neutro, desvinculado al menos potencialmente de cualquier determinismo biológico. Esto estaba en contra de lo que pensaba el propio Money que estaba convencido que lo que llamaba roles e identidad de genero eran producto de una interacción de variables biológicas y culturales, a la vez que de acontecimientos sucedidos en ciertos periodos críticos del desarrollo.


En esta misma línea, pero apoyándose en las ideas de Michael Foucault y Jacques Derrida, muchos de los discursos feministas (Betty Friedan fundó en 1966 la Nacional Organisation of Women la primera organización feminista) se apoyan en la idea de que lo masculino y lo femenino son una construcción cultural, discursos simbólicos muy basados en el lenguaje que son los instrumentos invisibles de la opresión (en este caso de las mujeres) y que por tanto pueden deconstruirse y sustituirse por otros. Esto está en la base de lo que se ha dado en llamar la lucha por lo políticamente correcto.


Para ampliar estas ideas puede consultarse:


Historia de la Terminología del Género. Ponencia de Jhon Money en el VII Congreso Nacional de Sexología, Colombia 1996. Traducción: Luis Eudardo y Nora I Yepes en http://www.kinsey.com.ar/noticia.php?id=344.

Schwanitz, Dietrich. VI. Historia del debate entre los géneros. En La cultura. Todo lo que hay que saber. Madrid. Taurus 2002. En este capítulo puede hallarse una magnífica introducción sobre el debate del género.

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