La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

miércoles, 4 de julio de 2012

El hombre que pinchó una rueda

-. Hoy , en la consulta ,  al igual que otros días en los últimos  tiempos he visto a varios jóvenes lamentarse de cómo están las cosas , en parte con razón , pero  ninguno ha  hecho autocrítica  sobre las consecuencias del pesimismo en nuestras emociones y sentimientos. Todos los días  intento  transmitirles la importancia de re-sintonizarse y superar los primeros pensamientos  negativos para intentar analizar la realidad con una perspectiva  más útil. Es innegable que los tiempos que corren no acompañan para una visión muy optimista , y es verdad que las dificultades y los problemas vienen solitos ó nos los crean  alguno de los incompetentes que tenemos  en nuestro entorno.
  La ejemplificación es una herramienta potente para intentar transmitir esta idea , y a veces recurro al viejo cuento del gato (herramienta para cambiar las ruedas) :

"A un hombre se le pincha la rueda del coche al atardecer en una carretera secundaria mientras circulaba en busca de una estación de servicio y cuando se dispone a cambiar la rueda, con las manos llenas de grasa tras haber explorado el neumático, se da cuenta de que no tiene gato.


Mira alrededor suyo y solamente observa una casa aislada a lo alto de la colina, nada más.

Y hacia allí que se dirige, con la intención de pedir un gato para poder cambiar la rueda y seguir su camino. Mientras anda en dirección a la casa, empieza a darle vueltas a la cabeza:

- Es tarde
- No me conocen de nada
- Estoy sucio
- Me dirán que no tienen gato para librarse de mi
- Es una zona solitaria, seguro que han intentado robarles más de una vez

Y de esta forma se va cargando de negatividad y se va "calentando" él solito, hasta que llega a la puerta y llama. El hombre todavía sigue dándole vueltas:

- No me van a abrir, y si me abren me echarán seguro

- Qué poco solidaria que es la gente...

Cuando se abre la puerta, antes de que la persona de la casa pueda abrir la boca, el hombre le suelta a gritos:


"¡Puedes meterte el gato por el culo, no necesito nada tuyo: antes muerto!", se da media vuelta y se va.

 Nuestra conducta es producto de pensamientos que tienen que ver con el diálogo con nosotros mismos  y que nos tiñen las emociones de blanco, negro, ó ...gris