La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

sábado, 9 de julio de 2011

¿No eres feliz....? .......Aprende a valorarte

- Sólo apreciamos muchas de las cosas importantes cuando las hemos perdido. Del mismo modo, a veces, nos expresamos en términos como : desastre absoluto, totalmente intolerable , siempre...... Sin embargo basta mirar alrededor y observar que hay situaciones realmente  dramáticas  que son toleradas  con una grandeza y un coraje admirables. Sucede con  muchos pacientes con enfermedades graves, que ,a veces, son ellos los que nos dan una lección de lo relativamente estúpidos que son muchos de los problemas que consideramos "transcedentales".

Hay un cuento hindú que lo ilustra  muy bién:



Un hombre hablaba con un sabio diciéndole:

“Necesito desesperadamente que alguien me ayude... o voy a volverme loco. Vivo en una pequeña habitación con mi mujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los otros. Aquello es un verdadero infierno..” "Me prometes que harás lo que yo te ordene?”, le dijo el sabio con toda seriedad.“¡Te juro que lo haré!”.“Bien. ¿Cuántos animales tienes?”.“Una vaca, una cabra, seis gallinas... y algunos más”.“Mételos a todos en una habitación de tu casa y vuelve dentro de una semana”.El discípulo quedó horrorizado, pero ¡había prometido obedecer! De modo que lo hizo y regreso al cabo de una semana quejándose desconsoladamente:“¡Vengo hecho un manojo de nervios! ¡qué suciedad, qué peste, qué ruido! ¡Estamos todos a punto de volvernos locos!”
“Mete ahora el perro y el caballo y vuelve dentro de una semana”
A la semana siguiente entró desesperado diciendo:“¡Ya no puedo más, es insoportable!”
“Vuelve ahora a tu casa, y saca a todos los animales”, dijo el maestro.El hombre se marchó a su casa corriendo y regresó al día siguiente radiante de alegría:“¡Que felicidad! Han salido todos los animales y aquello es ahora el paraíso. ¡Que tranquilidad, que limpieza, que amplitud...!