La Utopía

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.

¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar
.
(Ventana sobre la Utopia. Eduardo Galeano.

CREO EN LA UTOPIA PORQUE LA REALIDAD ME PARECE IMPOSIBLE

lunes, 30 de enero de 2017

Las Siete Maravillas del Mundo

- Con el tiempo vamos descubriendo que las cosas importantes de la vida no pueden comprarse, afortunadamente, con dinero. Lo extraordinario es descubrirlo a temprana edad:


   Una maravilla más  escucharlo.


sábado, 21 de enero de 2017

OTRA VERGUENZA EN EL SISTEMA. La Dra Lalanda expedientada

-  Conocí a Mónica Lalanda en un Curso de Expertos en Etica Médica que realizamos en la OMC con otros compañeros de toda España. Es una persona que no deja indiferente, participativa, inteligente, honesta y valiente a la hora de emitir sus opiniones. Archiconocida en las redes sociales por haber mantenido un blog en el diario el MUNDO  y posteriormente su blog actual Médico a cuadros en el que publicó una entrada en Agosto pasado cuando dejaba su puesto de trabajo y denunciaba en su blog las caóticas condiciones  en las que trabajaba en el Servicio de Urgencias del Hospital de Segovia, que no son diferentes de las que tenemos muchísimos profesionales del SNS  pero que muchos callan ó por hartura y burn-out ó por indiferencia ó por temor a represalias por parte de los que no tienen plaza fija.
   Pues bién , la Dra Lalanda ha sido Expedientada por su Colegio de Médicos  a instancias de una denuncia por parte del Jefe de Urgencias  de dicho hospital y de otros 12 médicos del Servicio de Urgencias que se sintiero "maltratados por el post en el que denunciaba su situación y que paso a copiar más abajo:

QUERIDA EXPLOTACIÓN LABORAL: TE DEJO, NO CUENTES YA CONMIGO.

Estoy en la calle.
He renunciado a mi contrato de guardias.
He renunciado a la explotación laboral  sangrante y despiadada.
He renunciado a la esclavitud de un sistema sanitario absurdo que trata a sus profesionales como basura.
He renunciado al pisoteo de un jefe que, como tantos otros en la medicina española, maneja su servicio como si fuera su cortijo. Un jefe que no lidera,  tiraniza.
He renunciado a trabajar en un sistema con médicos de primera que viven a costa de médicos de segunda.
He renunciado a turnos de 24h sin derecho a descanso durante el turno, que ponen en peligro mi salud y sobre todo, la seguridad de mis pacientes.
He renunciado a la inseguridad laboral.
He renunciado a trabajar con excelentes profesionales que, como tantos y tantos miles en el SNS,  han ido olvidando lo que fue su orgullo profesional y lo que fue su dignidad laboral y ahora simplemente bajan las orejas con miedo.
He renunciado a un contrato que durante este verano incluye semanas de más de 60 horas, y que no me permite descansar durante los tres meses de máxima afluencia “porque este año no me toca”.
He renunciado al único tipo de contrato que, en la sanidad española, me permite tener tiempo para hacer medicina no asistencial. Eres 100% asistencial o no eres nada.
He renunciado a darme contra la pared porque “aquí siempre se ha hecho así”.
He renunciado a sentirme siempre “diferente”, un bicho raro que tiene la osadía de escribir o dibujar lo que piensa o de protestar contra lo injusto.
He renunciado al maltrato y la indignidad, el agotamiento, la estupidez, el despotismo, el abuso, la mala organización, la falta de planes a medio y largo plazo, la carencia absoluta de solidaridad y profesionalidad a la que nos somete a sus trabajadores el SNS"

                                                 

    ¿Alguién que se considere buén profesional no se ha visto reflejado en este escrito (exceptuando claro está a los que han denunciado a la Dra Lalanda?.
    Yo me solidarizo conMónica y le envío desde aquí mi apoyo incondicional. También formo parte de la Comisión Deontológica de  mi Colegio de Médicos y  si este caso hubiese entrado en nuestra Comisión yo hubiese votado en contra de iniciar cualquier expediente  porque no sólo no incumple ninguna norma Deontológoca sino que además cumple algunas que normalmente  callamos la mayoría . Precisamente al amparo del artículo 37 del Código Deontológico hago esta entrada para defender  a una colega que es objeto de un ataque injusto. Aunque el artículo 38.3 indica que las divergencias deben resolverse en el ámbito colegial ó profesional , la Dra Lalanda  no entra en detalles concretos para evitar escándalos públicos y sólo expone las razones de su renuncia en un ámbito profesional como es su blog aunque éste sea seguido por muchas otras personas,
                                               

 
  Es más, el Jefe de Servicio de Urgencias del hospital de  Segovia puede estar incumpliendo el artículo  40. 3 del citad Código Deontológico que habla de que los Jefes de Servicio deben TOLERAR las divergencias de opiniones profesionales entre los miembros de su equipo. ¿Cuantos Jefes deberían ser expedientados por esto?.
    Además el artículo 45.2  dice que el médico pondrá en conocimiento de la dirección del Centro las deficiencias  de todo orden que perjudiquen la correcta asistencia como así hizo la Dra Lalanda antes de marcharse.
  Así pués , todo  mi apoyo a la Dra Lalanda en este tema que ni siquiera debería haber pasado de la Comisión Deontológica del Colegio de Médicos de Segovia  que esperemos archive la causa para no  sancionar a una de las mejores profesionales de España y de su SNS.

miércoles, 4 de enero de 2017

Cosas que aprendí y desaprendí en 2016

- Hago mías las palabras de  Carles Capdevila y suscribo sus aprendizajes y enseñanzas. Es difícil resumir tanto en tan pocas frases . que haya tanta sabiduría como para constituir un código de la vida:


UNO. Que aceptar las limitaciones tiene un punto doloroso y otro de liberador. Sueltas peso, y te puedes entregar en cuerpo y alma a lo que te queda, si aprendes a dejar de lamentar lo que pierdes. Cuando se cierra una puerta se abren solitas un montón de ventanas.
DOS. Que la amabilidad puede ser la idea más revolucionaria. Tiene el poder transformador de las personas que llevan la sonrisa puesta, que transmiten optimismo, que nos hacen reír, que por donde pasan mejoran el ambiente.
TRES. Que en lugar de lamentarnos cuando el cuerpo se nos queja y soltar un “maldita rodilla”, tocaría valorar los años que hace que nos soporta y se dobla a nuestro servicio. En lugar de maldecir nuestros huesos tendríamos que celebrar este esqueleto que hace lo que puede y más para mantenernos firmes.
CUATRO. Que la alegría de vivir no tiene métodos pero tiene maestros. Conviene acercarnos, a la espera del contagio, a gente sencilla, que tiene en la bondad y la estima y el cuidado de los demás el foco, que pasan desapercibidos en un mundo que premia más el cinismo que la ingenuidad.
CINCO. Que hemos venido aquí, aunque lo disimulamos demasiado bien, a amar y ser amados, y por tanto a cuidarnos. Y que el cuidado de las personas es la tarea más importante del mundo, y la menos valorada.
SEIS. Que no se puede discutir nunca con un imbécil. La clave es detectarlos y frenarlos antes, pero esto requiere una sociedad madura y respetuosa que ignore la provocación barata y admire más los valores que no los resultados a cualquier precio.

SIETE. Que la persona con la que no te sepa mal llorar y que te haga la compañía adecuada es a la fuerza un muy buen amigo. Sobre todo si también sabe reír juntos.
OCHO. Que nunca es tarde para aprender a caminar, y que con el amigo con el que más salimos a caminar somos mucho más amigos desde que andamos juntos: haciendo camino somos más sinceros, más directos, más profundos.
NUEVE. Que sin confianza no hay motivación, porque confiar a menudo da más fruto que vigilar.
DIEZ. Que me seducen los optimistas currantes. Los que saben que todo es un desastre y todo puede ir mal, si no ponemos remedio pronto. Y por eso se ponen manos a la obra. Y mantienen este punto de ingenuidad necesaria para creer que podrán. Porque sin confianza no hay convicción y sin convicción no hay resultados y sin resultados no hay motivos para mantener la esperanza.
ONCE. Que priorizar significa descartar. Para poder dar el sí entusiasta y posible a lo que quieres deberás dar el no contundente y desculpabilizado a lo que no cabe.
DOCE. Que lo peor del miedo es cuando nos pilota, cuando se instala al volante. Porque el miedo nos puede hacer traidores. O nos puede paralizar por completo. El miedo a la verdad nos hace mentirosos, el miedo a sentir emociones fuertes nos hace fríos, el miedo al riesgo nos hace tirar demasiado toallas, y el miedo a morir nos puede impedir vivir.
TRECE. Que somos más lo que hacemos que lo que decimos, somos más lo que decidimos que lo que pensamos, somos cuando actuamos y no cuando reflexionamos. Y ya que hemos venido aquí a relacionarnos, la educación es el arte y oficio sublime de aprender mientras se enseña y de enseñar mientras se aprende. Sólo estando de verdad, de corazón, siempre, puedes aprender y enseñar a estar allí.
CATORCE. Que necesitamos más mala leche y más esperanza. Tenemos que estar más cabreados y más ilusionados a la vez. Nos conviene señalar y denunciar a los culpables, mirarles a los ojos, no asumir que esto toca, mostrarles toda la rabia que sentimos. Y simultáneamente ir arreglando con las manos el día a día, desde el inconformismo, con ambición y con la certeza absoluta de que es posible.
QUINCE. Que hacen falta médicos y maestros con visión de cabecera, que en lugar de dedicarse al trocito asignado, sean capaces de tomar distancia y cuidar de personas enteras, de pies a cabeza.
DIECISÉIS. Que la belleza está en la mirada, y no hay privilegio más hermoso que ser observado desde el amor incondicional y la alegría de vivir. No hay inversión más segura y rentable que rodearnos de personas que nos quieren tal como somos, que nos encuentran guapísimos al margen de lo que dicte el espejo. Que nos miran siempre con buenos ojos.