- Se nos ha ido Miguel Delibes el escritor que nos enseñó a tantos jóvenes de nuestra generación a saborear los detalles de la vida, a conocer a fondo a las personas aunque se tratara de pobres diablos "de la ruralidad" como él mismo decía. La mejor forma de recordarlo y de homenajearlo es leyendo sus novelas:
- La hoja roja, sobre el final de la vida. En los librillos de papeles de fumar , la última hoja era una hoja roja, lo que aprovecha para hacer una reflexión extraordinaria sobre esa etapa que todos tememos y que sin embargo debemos vivir como parte esencial de la vida.
- El hereje , la novela que nos hace recorrer una etapa de la historia de España que muchos creemos podría haber sido distinta de no haberse destruido la convivencia de lass tres culturas y que tiene un ritmo apasionante y unas descripciones, como sólo Delibes sabía hacer.
- Cinco horas con Mario: una de sus obras maestras ,un monólogo estremecedor y bellísimo que tuve la suerte de ver interpretar en Madrid a Lola Herrera, de forma sublime
- El Príncipe destronado : una adaptación entrañable de esta novela fué la película del maestro A.Mercero "La guerra de Papá" , la historia de Quico, un niño de cuatro años que es el quinto de seis hermanos y que se ve desplazado de la atención de su familia con la llegada de su hermana pequeña, publicado por Delibes en 1973.
- Los Santos Inocentes: Magistralmente escrita y posteriormente llevada al cine en una fantástica e inolvidable película de Mario Camus con los personajes irrepetibles del Azarías (Paco Rabal) y Paco (Alfredo Landa) que dan un repaso extraordinario a esa época de la historia de España:
Con Delibes muere una época en que los libros eran más importantes que la televisión y en que como él mismo dijo "los niños se quedaban boquiabiertos oyendo al abuelo contar historias ,mientras que ahora es el abuelo quién debe ver la tele porque nadie le hace caso".....Su prosa fué merecedora del Nóbel pero ya se sabe que hay otros factores , al margen de la calidad literaria, que en este mundo corrupto , hacen que haya autores como él que jamás lo reciban. Aunque él sólo quería que lo recordaran como una buena persona. A fé que lo era.
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