- Por supuesto que no. De la misma manera que si no respiramos no podríamos vivir , podríamos decir que el objetivo de vivir no es respirar. Necesitamos el dinero en un mundo donde se ha convertido en un nuevo dios para mucha gente. No cabe duda que es un incentivo para muchos profesionales, Pero , nuestro día a día , cuando nos preocupamos por un paciente, nos implicamos en su proceso y le acompañamos en sus aflicciones sin mirarnos el reloj, demuestra que muchos profesionales sanitarios no trabajamos sólo por dinero. Cuando , muchos días, entras a las 8 a trabajar y sales a las 5 de la tarde tras una dura jornada en la que has tenido que detenerte varias veces para escuchar a varias personas que lo necesitan, ó a explicar un tratamiennto ó a dar una mala noticia de una forma más humana y asertiva, demostramos que el dinero no es lo más importante, aunque sea necesario.
La mayoría de los profesionales sanitarios no conciben su trabajo como un negocio. Por eso nos gustan otras formas de reconocimiento a nuestro trabajo que no sean incentivos económicos. Ya estamos escarmentados de esos incentivos perversos que han cobrado algunos sólo por cumplir los objetivos de los gestores mientras muchos profesionales que se dejan la piel cada día se van frustrando con esas iniciativas que ponen lo económico en lo más elevado del pedestal. La salud no tiene precio , pero cuesta mucho.
Conviene decirlo ahora, en estos tiempos de tribulación , en los que parece que" los mercados" son los que marcan el ritmo de nuestras vidas.
Como , con sentido del humor , decía Nuria Chinchilla, una profesora del IESE, una frase que resume el día a día de muchos profesionales sanitarios ó no, en España:
"En España hacemos horarios religiosos: se entra a la hora que Dios manda y se sale cuando Dios quiere".
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